Independentismo en castellano
El soberanismo se abre al multilingüismo para captar a los no catalanohablantes
A medida que Convergència i Unió avanza entregas de su hoja de rutasoberanista, va intentando ganarse al sector castellanoahablante, que viviendo en Cataluña mantiene vínculos familiares, sentimentales, culturales y lingüísticos con el resto de España. Se trata de convencer a los catalanes que también se sienten españoles de que vivirán mejor en una Cataluña independiente y de que no verán arrinconada su identidad. Es un discurso nuevo que hasta ahora solo había manifestado en alguna ocasión el exlíder de ERC Josep Lluís Carod Rovira, defensor de que el castellano sea oficial en una hipotética Cataluña independiente.
“El castellano también es patrimonio de Cataluña, como el catalán lo debería ser de España. Y, además, es un patrimonio querido. También deberían recordar que dividir un pueblo como Cataluña por el origen de las personas sería una auténtica aberración, porque el alma de Cataluña se alimenta de almas bien diversas”, enfatizó el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en el discurso del debate de política general. Al tiempo que Mas dibujaba el camino para convocar un referéndum por la autodeterminación en dos legislaturas, el presidente subrayaba la importancia de los vínculos entre Cataluña y España. Se le sumaba, en el mismo debate, el presidente del grupo parlamentario de ERC, Joan Puigcercós: “Nos une una lengua común, la lengua castellana y una cultura de las más importantes del mundo. Nos une la familia. Hay familias a uno y otro lado. Nos une una geoestrategia en común y, obviamente, una cultura en común desde hace 300 años”, planteó, para remachar: “La Cataluña independiente debe ser multilingüe”. El discurso también fue seguido por el líder de ERC, Oriol Junqueras: “Quiero un país con todos los ciudadanos, sean o no independentistas. Si votan que no en un referéndum, también serán de los nuestros”.
Las fuerzas independentistas se esfuerzan en suavizar su discurso para contrarrestar los argumentos de Partido Popular y Ciutadans, formaciones que hacen hincapié en la “ruptura” con España, la voluntad de “levantar fronteras” y la marginación de la lengua castellana.
Esa es una de las batallas que libra el independentismo para lograr la mayoría social que Mas pretende para construir el Estado propio. El 17,5% de los catalanes han nacido fuera de la comunidad. Sus hijos y nietos engrosan el 63,2% de catalanes nacidos en la comunidad. En el sentimiento de pertenencia se nota. Según el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión, el 37% de la población se siente tanto española como catalana frente al 7% que se siente solo español o más español que catalán y el 52,9% que se siente más catalán o solo catalán. El arma identitaria es mentada por los contrarios a la secesión, pero donde ahondan más es en el terreno lingüístico.
Según la encuesta de usos lingüísticos de la Generalitat de 2008 —son los últimos datos disponibles—, hay más castellanohablantes que catalanoparlantes en Cataluña. Para el 45,9% de los ciudadanos, el español es su lengua habitual, frente al 35,6% que usan el catalán y el 11,9% que acostumbran a usar ambas.
El tablero social obligará a las fuerzas independentistas a hacer un esfuerzo en el área metropolitana de Barcelona, el núcleo que concentra más castellanohablantes y donde el nacionalismo tradicionalmente ha tenido poco arraigo. “Tendremos que picar piedra en los barrios”, resume una diputada nacionalista del área metropolitana. Los partidos soberanistas empiezan a tenerlo claro: el camino a la independencia también se hace en castellano.
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