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Un Zinemaldia para recordar

El Festival de Cine de San Sebastián cierra su 60ª edición con un amplio respaldo del público Ni la huelga ni la crisis han ensombrecido la fiesta del séptimo arte

Colas para asistir a una de las proyecciones del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Colas para asistir a una de las proyecciones del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. JESÚS URIARTE

“Director, si me permite, le quiero decir que soy abonada del festival desde hace 30 años y esta es una de las mejores ediciones”. Una señora de mediana edad aborda a las puertas del Kursaal a José Luis Rebordinos, responsable del Zinemaldia. Son las cuatro de la tarde. Minutos antes, el director del certamen, que ayer despidió su 60ª edición, ha atendido a otros fans y se ha hecho fotos con ellos. También ha contestado a una llamada para cerrar algunos flecos de la gala de clausura, con Dustin Hoffman, último de los cinco Premios Donostia de este año. Atendiendo al entusiasmo ciudadano en las inmediaciones del Kursaal, el balance de los nueve días de cine solo puede ser más que positivo.

Rebordinos prometió a San Sebastián que para celebrar el 60º aniversario de su cita cultural más significativa, y el evento cinematográfico más importante de España, se iba a organizar una gran fiesta y ha cumplido. Nada de excesos, ni derroches; solo cine y sus estrellas, para agradecer al público su respaldo, entusiasmo e interés. Un chapuzón de felicidad en mitad de la crisis. “La gente está muy contenta, ha disfrutado, y, lo que es más importante, nos lo ha devuelto con creces”, explica Rebordinos. El director ha utilizado un coche incluso para los desplazamientos cortos. “Si no, no hubiese llegado a todo, la gente nos para, nos comenta si les ha gustado o alguna sugerencia. Es muy agradable, pero a veces no tienes tiempo”, confiesa.

La gran fiesta del cine en la que se ha convertido San Sebastián desde el pasado 21 de septiembre tenía sólo dos amenazas en el horizonte, la subida del IVA y la huelga general del miércoles convocada por los sindicatos nacionalistas. Ni una, ni otra han ensombrecido a una ciudad entusiasmada y volcada con el Zinemaldia. “Probablemente vamos a tener más espectadores que el año pasado en términos absolutos”, anuncia Rebordinos. A falta de que se contabilicen los datos de asistencia y entradas vendidas ayer, el Zinemaldia había recaudado hasta el viernes 550.000 euros netos a través de la taquilla frente a los 560.000 de 2011, y estaba a falta de 2.000 espectadores para alcanzar los 159.000 del año pasado. Dos datos que el equipo del certamen no duda en que se batirán.

El certamen probablemente supere los 159.000 asistentes de 2011

Repetir en los próximos años una edición como la de 2012 no es que sea difícil, sino imposible. Lo reconoce Rebordinos, porque entre otras cosas, no volverá a haber cinco premios Donostia. El objetivo es otro, continua Rebordinos, “imaginemos que estábamos en una situación a, y este año hemos alcanzado el puesto c, lo importante es que a partir de ahora nos posicionemos en b. Esa es la idea, si esto han sido dos pasos adelante, quedarnos ahí, no retroceder”.

También se ha hablado y mucho desde que el director tomó las riendas del Zinemaldia del revulsivo o efecto Rebordinos. Llegó para la edición de 2011 y creó una nueva sección; Culinary Zinema, ha dado entidad propia a Nuevos Directores y para el año que viene a la oferta se sumará un apartado dedicado a los deportes al aire libre. Otras muchas ideas y vueltas de tuerca bullen en la cabeza de Rebordinos pero todavía es pronto para anunciar alguna. “Seguiremos dando pasitos hacia una estructura más acorde con los nuevos tiempos”, puntualiza el director

Un lugar privilegiado de las novedades Rebordinos ocupa el Industry Club, la apuesta de la que “más orgulloso” se siente. Con el objetivo de convertir a San Sebastián en la plataforma y punto de encuentro para la industria cinematográfica de Latinoamérica y Europa, el Museo San Telmo ha acogido estos días a multitud de agentes de Sudamérica, España y Francia. Y con la iniciativa, como resalta Rebordinos, el Zinemaldia se juega su posición dentro de los festivales internacionales. “La capacidad para aglutinar a la industria es lo que marcará la futura posición del certamen en el mundo”, subraya.

En el lado de los peros, poco ha fallado en la 60ª edición del Zinemaldia. Un día de nueve con lluvia, un promedio para San Sebastián magnífico, una jornada de huelga y el retraso del pase de Rhino Reason con Monica Bellucci en el reparto y sin alfombra roja por los paros. Si se le pregunta a Rebordinos, el estrés y la tensión. “Si el año pasado en todo el festival hicimos mil y pico desplazamientos en coche, el primer fin de semana de este fueron 900. Salimos bien, pero fue una locura”.

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