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La Generalitat abre un expediente a Renfe por la huelga de celo de su plantilla

La plantilla protesta desde el pasado viernes, lo que ha afectado a 237 trenes El sindicato de maquinistas alerta de que continuarán las incidencias

Dani Cordero

Los retrasos y las anulaciones de servicios que acumula la red de cercanías y regionales de Renfe en Cataluña por la huelga de celo de sus empleados desde el viernes tendrán consecuencias. Así lo prevé el Departamento de Territorio, que ayer decidió tomar cartas en el asunto y abrir un expediente informativo, con el objetivo de recabar más información sobre el asunto y acabar incoando un expediente sancionador a la operadora, que depende del Ministerio de Fomento.

En los últimos días, las redes sociales han ido repletas de las quejas de pasajeros afectados por las continuas incidencias en Renfe, que los sindicatos avisan que continuarán al menos en las próximas 96 horas. La Generalitat, que es el titular del servicio ferroviario de corta y media distancia en Cataluña, contabilizaba ayer a media tarde  237 trenes afectados por las medidas de presión de la plantilla, de los cuales 44 no llegaron a salir. Y el departamento que dirige Lluís Recoder, que mantiene un duro pulso con Fomento desde hace meses, ha aprovechado para iniciar un proceso sancionador, una vez que ha quedado habilitado para ello mediante una de las modificaciones introducidas en la ley ferroviaria a través de la tramitación de la ley ómnibus.

Con el análisis pormenorizado de cada incidencia se determinará ahora si hay motivos de infracción y la gravedad de esta. De ser leves, Renfe podría verse obligada a asumir el pago de 6.000 euros por cada uno de los trenes afectados, lo que podría llegar a 1,4 millones de euros en sanciones. En el caso de las graves, la multa va de 6.001 a 30.000 euros.

Multas y plantilla

La Generalitat cifra en 237 los trenes que desde el viernes se han visto afectados por el conflicto laboral, más allá de la huelga celebrada el pasado lunes. En ese número se incluyen 44 convoyes que no pudieron llegar a salir.

La Administración catalana, que es la titular del servicio, tiene capacidad para multar desde que modificó la ley ferroviaria. En mayo del año pasado, ya abrió un expediente informativo a Renfe por otras incidencias acumuladas en el servicio, que cerró sin consecuencias porque no disponía de potestad sancionadora.

Las multas oscilan. Las sanciones leves podrían suponer hasta 6.000 euros. Las graves podrían alcanzar los 30.000 euros. El Departamento de Territorio considera que en este caso podrían ser leves.

Según los cálculos de Semaf, los nuevos turnos de propuestos por Renfe suponen 60 nuevos puestos de trabajo para cubrir los horarios.

Representantes de Renfe se negaron a opinar sobre la apertura de los expedientes, que se podrían resolver en el plazo de un mes, e indicaron que su única preocupación en estos momentos es el servicio a los pasajeros. Es justo eso lo que reprochó ayer el director general de Transportes y Movilidad de la Generalitat, Ricard Font, a la operadora, a la que instó a hacer frente “a las obligaciones que tiene con sus clientes, como es la puntualidad en el servicio”. Horas antes, no obstante, el secretario de Movilidad de la misma consejería, Damià Calvet, había reconocido la incapacidad de la Generalitat para reconducir la situación.

Las incidencias que acumula el servicio de Renfe en Cataluña desde el pasado viernes no afectan estrictamente a Cataluña. Se extienden a la red del conjunto de España a causa de los decretos aprobados por el Gobierno central en los que se recorta el salario de las plantillas de las Administraciones y sus empresas públicas, y se fija la fecha para la liberalización definitiva del transporte ferroviario de pasajeros: julio del próximo año. Los sindicatos censuran que se haya decidido aplicarla dos años antes de lo que estaba pactado con el Ministerio de Fomento y avisan que, además de un recorte de puestos de trabajo, la medida supondrá un disminución de la calidad del servicio.

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Tras la aprobación de la liberalización del servicio ferroviario de pasajeros de forma unilateral por el Gobierno central, los sindicatos decidieron endurecer su posición y dar por finiquitados los acuerdos pactados, más allá del convenio colectivo y otras normativas laborales superiores, a los que ahora prevén dar cumplimiento a rajatabla: desde los horarios de descanso entre jornada hasta la categoría de los hoteles (de tres estrellas) donde deben dormir los trabajadores que pasan la noche fuera de su casa.

Si bien las reivindicaciones laborales —los sindicatos niegan que se trate de una vaga de celo— son generalizadas en toda España, afectan especialmente a Cataluña por la complejidad de su red de cercanías.

Consciente del problema al que se enfrentaba, Renfe movió ficha el miércoles por la noche, cuando presentó a los sindicatos de la red de Rodalies unos nuevos cuadros de servicio, en los que se ordenan los turnos de trabajo de la plantilla. Renfe lo justificó “para garantizar la prestación del servicio de Rodalies y evitar el perjuicio a los clientes”.

Desde que los recibieron, los sindicatos los analizan para ver si respetan los horarios de trabajo. En todo caso, tienen que pasar 96 horas hasta que se puedan aplicar y los sindicatos no prevén modificar su actitud. Se negarán a trabajar en cualquier situación en que no se respeten las condiciones.

“Simplemente ahora estamos trabajando como tenemos que trabajar y así vamos a continuar”, señalaba ayer Eduardo Hernández, presidente de la sección sindical de Semaf, el sindicato de maquinistas, en la estación de Sants, y no descartaba que los maquinistas se nieguen a trabajar si no se cumplen el resto de las condiciones que marca el convenio.

Según los cálculos de Semaf, los nuevos cuadros entregados por Renfe incrementan en unas 60 “claves de trabajo” —el equivalente a trabajadores— los cuadros que están en vigor actualmente, lo que demostraría la escasez de plantilla con la que Renfe gestiona su red de Rodalies en Cataluña.

“Lo lamentamos mucho, pero los pasajeros deben entender que las medidas que nos imponen no permiten tener la máxima calidad de servicio”, señaló Cristobal Cobo, secretario general de CC OO en Renfe, respecto a las condiciones laborales impuestas por la operadora. Cobo aseguró que las incidencias solo se han notado hasta ahora en el servicio ferroviario, pero indicó que la intransigencia por la que ha optado la plantilla afecta también a las áreas comerciales y de talleres.

De hecho, aseguró que estos últimos días están circulando muchos trenes en composición simple, cuando debería ser doble, porque hay material móvil inmovilizado porque no cumple la normativa.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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