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El misterioso banco de Gaudí

Los dueños de la obra la tasan en dos millones y los expertos discrepan de su autenticidad Sotheby’s lo subastará en París en otoño

El banco de Gaudí tal y como se expone en el centro de Reus.
El banco de Gaudí tal y como se expone en el centro de Reus.JOSEP LLUIS SELLART

Un banco de jardín atribuido al arquitecto Antoni Gaudí será subastado en la casa Sotheby’s de París con un precio de salida de dos millones de euros. El banco, construido con piedra artificial, lleva desde 2010 expuesto en el Gaudí Centre de Reus, pero su propietario, Francesc Riera, se lo llevará de esta ciudad el mes que viene porque no ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento. El principal problema, aseguran ambas partes, es que el banco, tras un precio inicial de 3,5 millones, fue tasado en dos millones de euros y el Consistorio no puede hacer frente a esta cantidad económica. “Hemos ofrecido todas las soluciones posibles pero las arcas municipales están vacías y el propietario acabará llevándoselo. Nos pusimos en contacto con Sotheby’s en París y la directora incluso visitó Reus para ver la obra hace cinco meses y quedó maravillada; tienen a dos compradores interesados”, asegura Antoni Sentís, portavoz del propietario del banco. Sentís y su representado ya han enviado una carta notarial al Ayuntamiento especificando que la obra será retirada del Gaudí Centre alrededor del 15 de octubre.

Para vender el banco fuera del país la ley de patrimonio establece la necesidad de que los dueños pidan un permiso a las Administraciones autonómica y estatal para exportarlo, algo que Sentís asegura que ya se ha hecho, entre otras cosas porque la pieza no tiene ningún tipo de protección como bien cultural. “Si tras la venta la Administración quiere la pieza, podrá ejercer el derecho a retracto y tendrá que pagar el precio de remate”, asegura Sentís.

Primer plano del banco de Gaudí.
Primer plano del banco de Gaudí.JOSEP LLUIS SELLART

Los propietarios aseguran que tienen un informe de 2010, publicado en 2011, firmado por Joan Bassegoda, la máxima autoridad de Gaudí hasta su fallecimiento el verano pasado, además, de otro sobre los análisis del cemento, que apuntan que es una “obra gaudiniana realizado por un taller establecido en el parque Güell, y que el arquitecto tuvo parte en la supervisión del proyecto”, por lo que es obra de un estrecho colaborador de Gaudí, además del análisis de las formas, que no niegan la paternidad de Gaudí.

Sin embargo, no todo el mundo comparte esta misma idea. Joan Yeguas, responsable de Renacimiento y Barroco del Museo Nacional de Arte de Cataluña, MNAC, escribió un artículo en una revista en 2009 en el que dio a conocer el banco por primera vez. Como entonces, Yeguas asegura que esta pieza de mobiliario “es un diseño gaudiano en el que también se ve las manos de Jujol”.

En el lado opuesto, Luis Gueilburt asegura que la pieza no es del genial arquitecto. “Que estuviera en el parque Güell no significa que fuera de Gaudí”, defiende. “Tengo documentados 180 muebles suyos y puedo decir que este no lo es. Gaudí no trabajó nunca la piedra artificial. El diseño es modernista, pero nada más. Si alguien quiere pagar ese dinero es su problema”, remacha.

El banco es de grandes dimensiones y presenta formas sinuosas, que remiten a motivos naturales, que recuerdan al arquitecto. Fue construido entre 1904 y 1910 y formó parte del mobiliario de la casa Larrard, en las inmediaciones del parque Güell, hasta 1921. Sin embargo, a partir de esa fecha esta pieza de mobiliario exterior tuvo varias vidas: la familia Güell vendió las propiedades y el banco se instaló en el jardín de una casa de Horta. “Los vecinos la llamaban el chalet del banco de Gaudí”, dice Sentís. Después, a mediados de los setenta fue adquirido por la hermana del actual propietario y transportado hasta L’Espluga de Francolí.

En 1988 se trasladó a Montblanc, hasta que Riera decidió conseguir réditos con su propiedad. “El banco tenía que ir a Emiratos Árabes, pero al final nos dio pena y nos pusimos en contacto con el Ayuntamiento de Reus”, explica Sentís, que asegura que además de Reus, también se ofreció la pieza a la Generalitat, “pero no hay dinero y los gobernantes no se atreven a realizar una acción que los pueda comprometer frente a los ciudadanos”, sentencia Sentís.

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