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Vejaciones y maltrato por un sueño

El Museo Guggenheim Bilbao acoge hasta el 7 de octubre la proyección ‘Muro 103B Vexations’, obra de la artista guipuzcoana Zuhar Iruretagoiena

Zuhar Iruretagoiena ayer en la presentación de su proyección ‘Muro 103B Vexations’
Zuhar Iruretagoiena ayer en la presentación de su proyección ‘Muro 103B Vexations’LUIS TEJIDO (EFE)

“En la grabación un saxofonista y una violinista aparecen suspendidos del techo con arneses, interpretando repetidamente la obra Vexations, mientras son vejados”. Se trata del proyecto Muro 103B Vexations de la artista Zuhar Iruretagoiena (Zarautz, 1981), que desde ayer y hasta el próximo 7 de octubre acoge el Museo Guggenheim Bilbao.

Iruretagoiena es la tercera de los cinco jóvenes artistas ganadores del concurso Muro que organiza el museo, con el que se pretende dar a conocer al público a jóvenes promesas del arte vasco a través de la exhibición en el centro bilbaíno de arte moderno y contemporáneo. El proyecto estará expuesto durante prácticamente un mes en un muro de 20,6 x 5,9 metros ubicado en la sala 103B del museo. “La iniciativa tiene como objetivo integrar la comunidad artística más joven del País Vasco en la celebración del decimoquinto aniversario del museo”, explicaron ayer los organizadores del concurso.

Según detalló la artista guipuzcoana en la presentación de su obra, Muro 103-B Vexations está compuesta por dos proyecciones basadas en un vídeo en el que se registra la acción de dos músicos interpretando repetidamente la obra Vexations del compositor francés Erik Satie. Una obra, que como la propia artista explicó, “fue creada con la indicación de que se interpretara de forma ininterrumpida 840 veces”, lo que es, en su opinión, “un límite impuesto y antinatural”.

Iruretagoiena es la tercera de

Además de la dificultad que suponía que los músicos ejecutasen la partitura suspendidos del techo sujetos por arneses, la artista añadió “interferencias” en forma de golpes y ruidos aludiendo a las “vejaciones y maltratos que somos capaces de soportar por conseguir lo que soñamos”. Se trataba de llevar al extremo la grabación de la obra, por lo que Iruretagoiena optó por acordar con los músicos interpretes de la obra que el rodaje finalizaría cuando “uno de ellos no pudiera más”. Bajo dicha premisa, la grabación comenzó y los minutos fueron avanzando, pero pese a lo que la artista pudiese haber previsto, ni el saxofonista ni el violinista pidieron parar la grabación. “El límite lo tuve que poner yo. En este caso es más cansado vejar que ser vejado”, reconoce Iruretagoiena. Y es que, tras 23 minutos y 10 segundos, fue ella misma quien dio por finalizada la grabación.

Según los organizadores del concurso, la intención de este proyecto expositivo “trasciende de la propiamente documental, se centra en una particular edición del vídeo original de la performance mediante la fragmentación de las imágenes y la ocultación de parte de la acción”.

Desde que el pasado 12 de marzo se diera a conocer el fallo del concurso, al que se presentaron un total de 75 propuestas, entre los meses de marzo y mayo el museo ha acogido los proyectos de Eduardo Hurtado y Álvaro Gil. A mediados del próximo mes, tras el paso de la obra de Iruretagoiena, será el turno para las obras de los jóvenes artistas vascos Alain Urrutia y la pareja formada por Cristian Villavicencio y Irantzu Sanzo.

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