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Méndez y Cía

El exdirector de Caixa Galicia disfruta de su jubilación multimillonaria entre Pontedeume, Madrid y Valencia Sus hijos se pasan a la empresa privada

María Fernández
José Luis Méndez pasea en bicicleta por A Coruña a finales de los años 90.
José Luis Méndez pasea en bicicleta por A Coruña a finales de los años 90.XURXO LOBATO

El mismo día que este periódico publicó el retiro dorado de José Luis Méndez, de 16,5 millones de euros, en noviembre de 2011, su excaja de ahorros convertida en banco trasladaba a los sindicatos que la obra social era insostenible, que no había dinero para mantener 93 edificios y las nóminas de más de 300 personas. Jubilado hacía un año, Méndez había sido impermeable a las críticas que le llovieron por dejar Caixa Galicia agujereada a base de excesos inmobiliarios y de una expansión de oficinas incontrolada, amen de otros delirios de grandeza.

Lo abultadísimo de su plan de pensiones fue el primer gran golpe a la imagen de directivo eficaz y agresivo que había cultivado durante 29 años como director de la financiera coruñesa. Que ya no era el rubio de oro de antaño pudo comprobarlo muy pronto, cuando se corrió el falso rumor de que los clientes de un famoso restaurante coruñés que hace tortillas de patatas lo habían increpado llamándole “chorizo”, y “sinvergüenza” cuando se sentaba a la mesa. El episodio, desde hace meses en boca de media ciudad, es fruto de la imaginación colectiva. “Otra cosa -que no me extrañaría- es que pudiese suceder realmente a fuerza de que la mentira se repita. Es increíble cómo se propagan las cosas por Internet”, analiza su hijo José Luis. En cualquier caso, cree que se le ha dado demasiada importancia: “Es un personaje público, ha vivido otros momentos difíciles en el pasado. Seguramente momentos reales más conflictivos”. Pero por si acaso, Méndez (padre) se ha vuelto esquivo. No se deja ver ni siquiera en los lugares que solía frecuentar, como el Club Financiero. “Se ha dejado barba y se la ha vuelto a cortar”; “se oculta bajo una corra cuando pasea por Coruña”; “ha cambiado el traje por un chándal”… la rumorología es infinita. Lo cierto es que no le siguen los dos guardaespaldas que lo escoltaban antaño, y que siguieron haciéndolo incluso tras su jubilación, siempre pagados por Caixa Galicia. Porque, pese a los millones de su plan de pensiones, el consejo de administración que le ovacionó en su despedida de hace dos años le regaló 24 meses de seguridad privada. La fundación Claudio San Martín, que lo mantuvo vinculado a la caja después de aquello, continuó proporcionándole secretaria y coche oficial. Las partes implicadas en la fusión (Xunta, Banco de España y Caixanova) entendían que esa era una salida digna tras el veto rotundo del regulador a que participase en la caja única.

José Luis Méndez lleva dos años retirado y alejado de la escena pública

“En Caixa Galicia a Méndez ocurrió lo que a otros poderosos: en un momento dado comenzó a levitar, se elevó varios metros del suelo y nadie se atrevió a anclarlo a la realidad. Quizá porque, entre otros defectos, solía crucificar a quien le llevaba la contraria”, apunta un catedrático que lo conoce. Pero Méndez descubrió que hay mucho mundo después de Caixa Galicia. Aunque eso no impidió que un año después de jubilarse continuara siendo presidente de Ahorro Corporación (una empresa de las cajas) y se sentara en representación de la entidad en los consejos de Tecnocom (con una remuneración anual de 93.000 euros) y Sacyr, donde el pellizco por representante ascendía en ese momento a 66.000 euros.

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Por fin desvinculado, más por la fuerza de los hechos que por gusto, ahora disfruta de su tiempo entre su casa de Pontedeume, el piso que tiene en la calle Serrano de Madrid y la ciudad de Valencia, de donde es su esposa Matilde Pascual. Hace una semana se dejó ver en la boda de un hijo de José Luis Álvarez Naveiro, uno de sus colaboradores más fieles, fallecido en 2006. Pero fue una visita fugaz, disculpó su presencia poco después del comienzo de la ceremonia. “El gladiador de la economía, el Méndez de las grandes apariciones del pasado se terminó”, señala uno de sus críticos. También el Méndez con olfato para los negocios, aunque siga muy pendiente de la prima de riesgo, el déficit o los recortes.

Con frecuencia viaja a la isla de Mallorca, donde reside su amigo el industrial Miguel Fluxá, presidente del grupo hotelero Iberostar, a quien asesora puntualmente. Todavía conserva algún cargo fruto de consolidadas amistades, como un puesto en el consejo de Reganosa —designado por la familia Tojeiro— o una vocalía en la fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, el editor de La Voz de Galicia.

Con José María Castellano, presidente de NCG, ha tenido más de un contacto, empezando por la invitación a una cena en su casa de la plaza de Azcárraga poco antes de que el presidente de Ono tomase las riendas del banco. En ese encuentro, en el que también participó el oftalmólogo Manuel Sánchez Salorio y otro de los ejes de poder coruñés, el exalcalde Francisco Vázquez, comenzaría a fraguarse el golpe de timón en Novacaixagalicia. Méndez incluso le echó una mano a Castellano en los meses siguientes al nacimiento del banco, ya nacionalizado. Por ejemplo, sirviéndole de enlace con el empresario Fernando Fernández-Tapias, a quien conocía por compartir mesa en los antiguos consejos de Unión Fenosa.

Aunque estuvo en las quinielas de los inversores gallegos proclives a entrar en la caja fusionada, el vigués descartó la operación tras un largo tira y afloja. “Sin embargo, Méndez nunca tuvo gran relevancia en el entorno de Castellano”, comenta una persona cercana.

A medida que pasaban los meses y la rabia de los clientes de NCG afloraba por el escándalo de las preferentes, el antaño todopoderoso ejecutivo se fue haciendo más invisible. A la noticia sobre su jugoso plan de pensiones siguieron dos denuncias de particulares ante la Audiencia Nacional que intentaron incluirlo —a él y a sus dos hijos, que colocó en puestos de responsabilidad de Caixa Galicia— en la querella que ahora se tramita contra el expresidente de Novacaixagalicia, Julio Fernández Gayoso. El asunto se archivó.

Sigue siendo consejero de Reganosa por amistad con Tojeiro

Tampoco en NCG quieren levantar las alfombras sobre su retiro dorado. “Se jubiló antes de la fusión, no hay nada que hacer, como tampoco hay nada que hacer con el plan de pensiones de Julio Fernández Gayoso, que se fue de Caixanova en 2006”, disculpan. Tras las demandas laborales presentadas este viernes, solo hay directivos de la antigua Caixanova denunciados en los juzgados por el banco.

Quien sí salió después de la nacionalización de NCG fueron sus dos hijos. José Luis, el mayor, que llevó las riendas de la corporación industrial, ahora compagina su trabajo en A&G, (una empresa participada por un grupo suizo con sede en Luxemburgo que gestiona grandes patrimonios), con labores de consultoría en la firma británica Autumn Capital. En definitiva, asesoría de altos vuelos. También tuvo tiempo de fundar en Madrid 4LG Patrimonios, un instrumento para gestionar el dinero familiar que todavía no ha presentado su primer balance.

El hermano menor, Yago, responsable de banca de empresas en la caja que dirigía el padre, ha encontrado acomodo en el consejo de Amper por designación de Enrique Bañuelos, el empresario que llevó al parqué a la inmobiliaria Astroc. Precisamente Caixa Galicia tuvo un papel protagonista en aquella nefasta operación que se saldó con pérdidas multimillonarias con la caída en picado de las acciones. La lectura que hacen incluso sus allegados era de esperar: “Bañuelos le pagó el favor al padre fichando a Yago”.

Sobre su gestión, quien ha estado con Méndez asegura que está muy tranquilo, no se siente responsable de los platos rotos. Aunque su cara no expresaba lo mismo en la reunión que fue definitiva para convencer a Gayoso de que aceptase la fusión, el 20 de marzo de 2010. Un testigo directo comentó poco después que Méndez “tenía la cara blanca, como la cortina de la habitación”.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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