La peor sanidad, la valenciana
El informe de las asociaciones en defensa del sistema público castiga a la Generalitat Los resultados son especialmente negativos en financiación y camas por habitante
La Comunidad Valenciana ocupa el último puesto en la clasificación de sistemas sanitarios que elabora la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) correspondiente al año 2011. El informe hecho público ayer es el noveno que realiza esta organización y, en todas estas ediciones, excepto un año (2006, cuando ocupó el penúltimo lugar) el sistema valenciano de salud ha sido siempre el farolillo rojo. La calificación obtenida por la Generalitat arroja que su red de servicios sanitarios es deficiente. “La gestión de la sanidad en la Comunidad Valenciana es un desatre”, explica Marciano Sánchez Bayle, responsable de la federación a este diario.
La Generalitat suspende estrepitosamente en gasto sanitario por habitante (está en el último lugar con 974 euros), y también ocupa puestos de cola en número de camas (es antepenúltima con 2,78 por 100.000 habitantes). También se encuentra entre las autonomías que menos uso hacen de medicamentos genéricos y muestra pobres datos de control farmacéutico al ser la cuarta que más gasta en medicamentos por habitante.
El informe se basa en 13 indicadores sobre financiación y recursos, política farmacéutica y privatización
El informe se basa en 13 indicadores que recogen aspectos relacionados con la financiación y los recursos sanitarios; la política farmacéutica; y la privatización sanitaria (algunos de 2010, como el gasto por habitante). La puntuación máxima posible es de 46 puntos y la mínima de 11. La Comunidad Valenciana ha obtenido 19, por detrás de Madrid (21) y Murcia (22). En cabeza de los sistemas sanitarios está Navarra (38), el País Vasco (37) y Asturias (36). La media obtenida por las autonomías es de 28 puntos.
El trabajo cuenta con distintos sesgos. Por un lado, por la falta de transparencia de la Administración —"son bastante escasos" los datos homogéneos para todas las autonomías, denuncia Sánchez Bayle—. Por otro lado, información relevante (como la lista de espera desagregada) no es pública. A todo ello hay que sumar que la FADSP penaliza a las autonomías que apuestan por las fórmulas de gestión privada en la sanidad pública, un camino por el que se ha decantado claramente la Generalitat. Pero la privatización se castiga “solo con un punto, por lo que no justifica la mala situación que ocupa la Comunidad Valenciana”.
A la Comunidad Valenciana le penaliza la extensión de la gestión privada
Pese a ello, en los distintos informes realizados desde el año 2004 se han manejado prácticamente las mismas variables a la hora de evaluar a las autonomías, lo que permite obtener conclusiones sobre la evolución comparada entre los distintos sistemas de salud. El resultado de ello es que la Comunidad Valenciana, más allá de repetir año tras año su puesto en el furgón de cola, no ha logrado en casi una década mejorar sus situación relativa respecto al resto de comunidades.
El estudio también se detiene en los recortes que han afectado a la sanidad. "Aunque han tenido un impacto general, también se han aplicado de forma muy distinta en cuanto a la intensidad y los aspectos abordados, ampliando así las diferencias preexistentes", recoge.
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