La Xunta recorta a la mitad los fondos para pymes con poder de crecimiento

Las empresas que tengan depositada su fe en el apoyo público al capital riesgo ya pueden buscarse otro patrocinador. La ventanilla de la Xunta ha perdido casi todo su combustible, que antes repartía generosamente en forma de préstamos, y que ahora se limita a sostener a un puñado de empresas —la mayoría en dificultades—, incluso cuando su futuro pinta muy negro. El respaldo público de la Consellería de Economía desde Xesgalicia cayó un 30% en 2010 y otro 46% el año pasado, según las cuentas que la sociedad acaba de depositar en el Registro Mercantil. Los fondos han crecido en número (Sodiga, Emprende, Adiante, Xesinova, Xesimpulsa Ferrol, Xesposibilita, y el fondo Tecnológico) pero concedieron 17,6 millones de euros en 2011 frente a los 32,8 de 2010. El más importante, Sodiga, que apuesta por actividades que tengan un gran potencial de crecimiento entrando en el capital de las empresas, lleva dos años inactivo. La política del conselleiro de Economía, Javier Guerra, al respecto, ha sido clara en este aspecto: huye de la entrada directa de la Xunta en el capital de la iniciativa privada, muy al contrario de lo que hicieron sus antecesores en Gobiernos de Manuel Fraga y Emilio Pérez Touriño.

El más activo fue el brazo inversor de Adiante, pensado para “empresas que puedan estar necesitadas de apoyo financiero para salvar una situación temporal de dificultades o evitar que lleguen a ella”. En cualquier caso, los receptores deben ser “viables técnica, comercial y financieramente”. Equipamientos Europeos, una empresa de camiones situada en Cambre, recibió el mayor préstamo de este fondo: 2,5 millones de euros. La fábrica de cerámica de Sargadelos, el astillero Factoría Naval de Marín, la cooperativa Alimentos Lácteos (Deleite), la fábrica de conservas incendiada el verano pasado Lago Paganini o la empresa textil Now by María Freyre, de la diseñadora del mismo nombre y del modisto Antonio Pernas, están en la escueta lista de sociedades respaldadas por la Xunta. Todos forman parte de sectores tradicionales (incluso hay una empresa de construcción), muy lejos del espíritu del capital riesgo, tradicionalmente vinculado a actividades de gran potencial, valor añadido e I+D. Y en este punto el respaldo se queda muy corto. El apartado reservado por Xesgalicia a la innovación, en especial centrado en campos vinculados a la biotecnología, telecomunicaciones, energías renovables o medio ambiente, facilitó préstamos de 0,6 millones frente a los 0,2 del ejercicio anterior. El recién estrenado fondo Posibilita sólo dio un préstamo de 200.000 euros a la sociedad Freshcut que a cierre del ejercicio todavía estaba pendiente de formalizarse. Lo mismo le ocurrió al Impulsa Ferrol, con una única inversión de dos millones en Ferrol Container Terminal. En febrero de este año arrancó el último de los fondos creados (ni siquiera se publicita en su página web), orientado a la tecnología, que prestó 1,1 millones a Nanogap, que se dedica a la nanotecnología.

La gestora de fondos, participada en un 70% por la Xunta y en un 30% por Ahorro Corporación, una empresa de las antiguas cajas de ahorros, tuvo sin embargo un resultado positivo en su cuenta, con un beneficio de 1,56 millones de euros procedente de las comisiones que percibe de los fondos y los resultados de las sociedades donde participa. Una gestión que, sin embargo, arroja muchas sombras. Según los datos de 2010 de los balances de las empresas, el 63% de las participadas por Xesgalicia están en pérdidas, han suspendido pagos o se han liquidado. El último caso sonado es el de la empresa de congelados Vieira, cuya filial en Argentina está en trámites de expropiación por el Gobierno del país austral. Sodiga tiene un 10% de la sociedad viguesa de pescado congelado.

Otros ejemplos de firmas apoyadas por la Xunta ahogadas por deudas o directamente liquidadas son Filmax o Montoto.