Suelo industrial a precios de mercado
La propuesta de la Diputación de Bizkaia de vender suelo a precios populares no es más que una ocurrencia
La crisis parece el momento adecuado para las ocurrencias. Nos encontramos con una suerte de magos con la chistera cargada bien de populismo o bien de falta de rigor. Elijan la opción que más les guste. Ninguna materia se escapa de esta chistera y el suelo industrial tampoco. El suelo es caro. Su desarrollo precisa de muchos recursos públicos y es imprescindible para sostener el tejido industrial. Pero, como en el resto de las políticas públicas, en cuestiones de suelo hay que aplicar rigor, mucho rigor. Permítanme que recuerde el caso Zubiaurre y el boquete que ha dejado en las cuentas públicas (cinco millones) o la desastrosa gestión de suelo que envolvió ese proyecto que nunca debió nacer llamado Epsilon Euskadi, con otros 16 millones.
Los ejemplos anteriores nos son más que una prueba evidente de mala gestión. Pero hay otras formas de no ser riguroso y son las ocurrencias. Hace unos meses que disparó la primera la Diputación de Bizkaia. Su propuesta era vender suelo a precios populares, por debajo del mercado. Sin conocer esta propuesta, el Ayuntamiento de Vitoria hace semanas tuvo la misma idea. Ambas instituciones encontraron en el suelo un camino de salida a la crisis.
Malditas ocurrencias que no reparan en que con las cosas de comer hay que jugar poco. Pónganse en el papel de una empresa que en su balance tiene contabilizado su suelo a un precio determinado. Imagínense que el solar pegado al de esta empresa esté vacío, su propiedad sea pública y algún ocurrente haya decidido venderlo a precios populares. La primera consecuencia es casi obvia: ha roto las reglas de mercado y ha depreciado la propiedad de la empresa en cuestión.
El problema es que el daño no queda solo ahí. El comprador del nuevo solar, que cree que ha hecho un buen negocio y ha comprado a la Administración con la certeza de que hay seguridad jurídica y confianza legítima, al cabo de un par de años se encuentra con que hay un expediente abierto en la Comisión Europea por ayuda de Estado. Recuerden que las subvenciones a fondo perdido están prohibidas por las normas europeas de competencia. La empresa se verá forzada a devolver la ayuda. ¿Vamos a volver a cometer el mismo error que con los incentivos fiscales a la inversión (vacaciones y crédito fiscal)?
Y se me ocurre otro tercer argumento que me lleva a pensar que la brillante idea no era tan brillante. Hay suelo público y hay suelo privado. Si yo, Administración, tiro el precio de suelo, ¿cómo va a sobrevivir el promotor privado? ¿O es que no tiene derecho a hacerlo?
El área de infraestructuras del Gobierno engloba a los parques tecnológicos, Sprilur e industrialdeas. La cifra total de ingresos en 2011 se situó en 47 millones de euros y se llevaron a cabo inversiones por valor de 66 millones. En el global de infraestructuras del área están implantadas cerca de 2.220 empresas que dan empleo a 37.000 personas. No fue el año mal del todo.
Sin embargo, 2012 es más complicado. La demanda que nos llega de las empresas viene marcada por las dificultades de financiación. El Grupo SPRI está realizando un enorme esfuerzo para comercializar los casi 700.000 metros cuadrados de espacios industriales disponibles. Suficientes para la demanda actual y prevista a corto o medio plazo. Este esfuerzo se centra en difundir la oferta y poner en práctica nuevas fórmulas de comercialización, todo dentro de las variables y difíciles condiciones de mercado.
El área de Infraestructuras de SPRI apuesta en este momento por el desarrollo de infraestructuras especializadas, como el Parque Científico de Leioa, el VIAP de Foronda o ampliar el Parque de San Sebastián en Galarreta. El compromiso del Gobierno es seguir trabajando con responsabilidad para realizar un traje a medida de las empresas y facilitar el suelo industrial que necesite nuestro tejido empresarial, siempre respetando las reglas.
Es importante explicar que los precios de venta de las infraestructuras gestionadas por el Grupo SPRI se establecen atendiendo a los costes básicos de urbanización y edificación, precios públicos, tanto directos como indirectos, además de un margen comercial reducido. Esta fórmula nunca supera los precios de mercado del suelo industrial; por el contrario, su objetivo ha sido siempre sostener y regular los precios de mercado.
Estas operaciones se realizan a través de la venta directa, estudiando cada iniciativa y favoreciendo el pago en plazos convenidos; el arrendamiento financiero con opción a compra (fórmula gestionada principalmente por el programa Industrialdeak) o el alquiler simple.
A esta forma de hacer quiero solo añadir la necesidad de ser cada vez más eficaz. Oímos voces de instituciones municipales y forales contrarias a la reorganización de las Industrialdeak, a la reducción de sociedades, etcétera. Se critica con el fácil argumento de que atenta al desarrollo de zonas concretas.
Les recuerdo que el Gobierno vela por el desarrollo de todo Euskadi y les recuerdo que el paso de 26 sociedades a 16 sociedades en el área de Infraestructuras de SPRI contribuye a la consecución del importante objetivo de ahorro del 20% en los costes operativos (2008 vs. 2012), lo que se traduce en un ahorro de cuatro o millones en el total del área. Comprenderán que en los tiempos que corren y sin destruir un solo empleo merece la pena llevar a adelante este tipo de iniciativas.
Pedro Gómez Damborenea es presidente de Sprilur.
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