López confía a Ares el futuro del PSE

El lehendakari, Patxi López, optó el pasado martes por aceptar la propuesta de relevo que le planteó su consejero de Interior y mano derecha en el Ejecutivo, Rodolfo Ares, para no compatibilizar su cargo con la dirección de la campaña electoral socialista. Ares adujo las razones “éticas y políticas” que citó ayer al comunicar la decisión y tras valorar la trascendencia del proceso electoral abierto formalmente ese mismo día con la publicación del decreto de convocatoria de los comicios. En el resultado de las elecciones del 21-O se juega el futuro político del propio López y su continuidad o no como lehendakari, que parece muy complicada ante la pujanza del PNV y de la izquierda abertzale,pero también el del PSE en su conjunto y el papel que jugará el partido en la nueva legislatura.

La intensidad e importancia de la primera campaña autonómica sin terrorismo y con la izquierda abertzale de regreso a la contienda democrática decidió a López a realizar el que ha sido el único cambio en su Gobierno en toda la lgislatura. El lehendakari y Ares dejaron apuntada la conveniencia de esa decisión ya antes del verano, pese a no haber razones legales que forzaran el abandono del consejero.

Su continuidad, compatibilizando su tarea institucional, que incluye la responsabilidad sobre el proceso electoral y su administración, con la gestión de la campaña de uno de los contendientes, habría abierto un flanco claro a las críticas de la oposición, que podrían haber cuestionado su neutralidad. Esas fueron las razones a las que ayer se refirió Ares, quien compareció ante la prensa en Bilbao arropado por casi todo su equipo, a excepción del viceconsejero Miguel Buen, aún de vacaciones.

El anuncio de su marcha, que se materializará oficialmente el próximo lunes, no cerró ese flanco de ataque. Aunque todos los partidos mostraron sus críticas a la decisión de Ares, el PNV fue quien arremetió al máximo: Iñigo Iturrate, vicepresidente segundo del Parlamento disuelto el martes, vertió dudas justamente sobre la neutralidad de Interior ante las próximas elecciones. Iturrate dijo a la agencia Efe: “Tenemos la preocupación de que esa forma de actuar, con parcialidad y la búsqueda del ventajismo político en estas elecciones, vaya a dirigir la acción de gobierno en estos dos meses tan importantes”.

El PNV desata una polémica al dudar de la neutralidad de Interior ante el 21-O

Fuentes del Ejecutivo daban por hechas las críticas, tanto en el caso de la marcha de Ares como si la decisión hubiese sido la contraria. Interior salió, no obstante, al paso del reproche del PNV, que consideró de gravedad. Lo hizo a través de un comunicado oficial en el que mostró su “indignación”. Tachó de “inaceptable” y “difamatorio” que el primer partido de la oposición, llamado probablemente a gobernar, cuestionara “gratuitamente” la honestidad y la imparcialidad de los responsables políticos y la profesionalidad de sus funcionarios ante las elecciones del 21-O, que serán “exactamente los mismos”, subrayó, que han organizado otros comicios anteriores.

Interior emplazó al PNV a aclarar si “tiene alguna duda sobre la limpieza” de pasadas elecciones. “Las del 21-O se celebrarán con la misma transparencia, claridad, seguridad e imparcialidad” que las realizadas con los consejeros Javier Balza, Juan María Atutxa y el resto de quienes han dirigido el departamento 30 años, todos ellos del PNV.

La salida de Ares del Gobierno redunda en el reforzamiento de la consejera de Justicia y portavoz, Idoia Mendia, en quien el lehendakari deposita la confianza de encomendarle las funciones de Interior. El encargo convierte a Mendia en la primera mujer al mando de la policía vasca y realza su figura y su proyección de futuro. El lehendakari ya pensó en ella cuando tuvo en mente nombrar dos vicelehendakaris. Finalmente prefirió suprimir ese escalón.

Mendia no hereda, en cambio, la coordinación del Ejecutivo, que ahora se realizará desde Lehendakaritza. Se da por supuesta una gestión continuista, sin cambios en cargos ni en líneas de actuación, dados los escasos cuatro meses que probablemente mediarán hasta el relevo del Ejecutivo.

Ares, quien antes de hacer pública su decisión se la adelantó por cortesía al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, dijo que se va “con la satisfacción del deber cumplido” y se consideró “un privilegiado” por haber vivido la derrota de ETA al frente de Interior. Mencionó a todas las víctimas del terrorismo de su mandato, dijo haber experimentado “satisfacciones y sinsabores” y enumeró varios momentos importantes o emotivos: desde “la rabia” por el asesinato del inspector de policía Eduardo Puelles pocos días después tomar posesión, hasta la emoción de comunicar a las familias la detención de los asesinos, o el apagado del pebetero de Arkaute, en recuerdo de los ertzainas asesinados, con la asistencia de todos sus predecesores y del lehendakari. Y dejó pública constancia de uno de los momentos “más difíciles” de su vida política: la muerte en abril pasado del hincha del Athletic Iñigo Cabacas días después de recibir el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza.