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Los cargos de la Generalitat volarán en compañías ‘low cost’ y en clase turista

Presidencia limita a dos personas el séquito que podrá acompañar a un consejero El control se estrecha también en otros gastos, como el telefónico

El presidente valenciano, Alberto Fabra, segundo por la izquierda, en Bruselas, con los presidentes autonómicos de Murcia, Cataluña y Baleares, el año pasado.
El presidente valenciano, Alberto Fabra, segundo por la izquierda, en Bruselas, con los presidentes autonómicos de Murcia, Cataluña y Baleares, el año pasado.

La austeridad llega a los viajes del personal de la Generalitat. La Consejería de Presidencia ultima una instrucción que establecerá que los cargos autonómicos deberán viajar en clase turista y, en la medida de lo posible, en compañías de bajo coste. La resolución, que entrará en vigor en septiembre, regulará que los cargos solo podrán ir acompañados por una persona, salvo en el caso de los miembros del Consell que podrán llevar a dos.

De la medida, anunciada por el Consell a través de la agencia Efe, se desprende que hasta ahora los altos cargos podían viajar en primera clase e ir acompañados por un número de personas no limitado por una norma específica. Este diario preguntó ayer a Presidencia cuánto dinero destinó la Generalitat el año pasado a viajes oficiales de sus cargos, cuánto se espera ahorrar gracias a este cambio, y si existía algún tipo de limitación para el número y el tipo de acompañantes, pero dicha información no estaba disponible.

Todavía se recuerdan los grandes séquitos que en ocasiones acompañaban a los anteriores presidentes de la Generalitat en sus viajes internacionales. En el caso de Eduardo Zaplana, el número podía alcanzar sin dificultad la media docena de personas contando solo a su círculo de confianza.

A partir de ahora, los desplazamientos al extranjero de altos cargos deberán ser comunicados y autorizados previamente por la secretaría autonómica de Presidencia de la Generalitat. La solicitud deberá efectuarse con una antelación mínima de siete días hábiles y, en todo caso, antes de la reserva del viaje. En el caso de que se haya realizado la reserva sin contar con la autorización y esta termine por no concederse, serán los cargos públicos quienes tendrán que correr con los gastos.

Los viajes de funcionarios, personal eventual y laboral de la Generalitat deberán ser autorizados por la subsecretaría autonómica de la consejería a la que estén adscritos. Esta, a su vez, deberá solicitar el visto bueno de la secretaría autonómica de Presidencia. Si la reserva se hace antes de que termine el proceso y el viaje finalmente no se realiza, este personal también deberá abonar de su bolsillo los costes generados.

Tanto en el caso de los altos cargos como en el de los funcionarios, personal eventual y laboral, los viajes que no sean en avión, como los ferroviarios, deberán realizarse también en clase turista o en su equivalente.

Los viajes que se efectúen dentro de España deberán seguir las mismas pautas, pero el plazo para solicitar la autorización se rebaja de siete a tres días hábiles. En todos los casos, las peticiones deberán incluir los motivos y pormenores que llevan a realizar el viaje.

Para estrechar la vigilancia, las solicitudes se realizarán a través de una aplicación informática estándar para toda la Administración autonómica, llamada Caex, que es gestionada por la dirección general de Relaciones con la UE de Presidencia de la Generalitat.

El control de los gastos se ha extendido igualmente al que generan los teléfonos móviles que se pone a disposición del personal de la Generalitat. Cada mes, quienes los tienen reciben un mensaje informándoles del gasto que ha generado su línea telefónica. Si el resultado excede de un determinado importe se procede a revisar la factura. Este control es efectuado por la comisión de subsecretarios de las consejerías.

Fuentes de Presidencia citadas por Efe afirmaron que el primero “en marcar la hoja de ruta de austeridad de su Consell” ha sido el presidente valenciano, Alberto Fabra. Entre los ejemplos mencionados por las fuentes se incluye el viajar en compañías de bajo coste y desplazarse, normalmente, acompañado por una sola persona y con menús de trabajo de 20 euros. Se trata, añadieron, de “una medida disuasoria más” adaptada a la situación de crisis.

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