El amigo de Calleja

Quizás no suenen sus nombres entre el público que se acerca a los toros sin un exhaustivo de este arte, pero los espadas que se anuncian esta tarde en Bilbao pueden ofrecer una gran corrida. Llega David Mora, que el año pasado entró por la puerta de la sustitución en Vista Alegre y firmó dos tardes importantes, que le han valido doblar en las actuales Corridas Generales.

Mora es el amigo del que fuera novillero bilbaíno David Calleja, un joven que deslumbró a los aficionados del Botxo por su valor y particular forma de entender el arte de Cúchares. En aquellas novilladas de promoción, que hace poco más de una década se organizaban en Bilbao, Calleja gustó y un buen número de aficionados de la Villa trató de apoyarle allá por dónde iba.

Calleja, un romántico en su forma de entender la vida y la profesión que entonces iniciaba, se perdía por las infernales capeas de Castilla en busca de unas astas ante las que desplegar sus trastos. Cuando recaló en Madrid, se unió en amistad con David Mora. Tocayos de nombre y de personalidad introvertida vinieron a ocupar muchos ratos juntos.

El madrileño, afincado en una pedanía del toledano Borox, salió adelante no sin muchos desencantos, pero hoy funciona en el escalafón de matadores. Cuando el vizcaíno decidió hacer un viaje definitivo, Mora le brindó el novillo y reconoce que siempre que pisa Bizkaia recuerda aquellos días en que le invitó a participar en los entrenamientos de la desaparecida Escuela Taurina de Bilbao.

David Mora se encuentra en el año de su consolidación como torero y lo está sudando, porque no es fácil pasar de torear diez tardes a prueba de fuego a tener que vestirse cincuenta. Cambian las necesidades y a veces se varían las formas. Después de abrir con ciertas discusiones la puerta grande de Las Ventas en junio, Bilbao no se le puede escapar.

Abrirá el cartel Diego Urdiales, el riojano que sigue a la sombra del circuito de figuras y que le está costando sumar triunfos en un 2012 en el que estrena el apoderamiento del experimentado Santiago López.

Junto a ellos, estará Leandro, un torero frío, al abrigo de la Casa Chopera, pero capaz de alcanzar las máximas cotas de arte en el ruedo y, al mismo tiempo, de dilapidar sus triunfos con la espada. El vallisoletano es un eterno esperado.

La ganadería de Fuente Ymbro, otrora preferida por las figuras, se encuentra en un gran momento, porque ha recuperado la bravura de la que escapan los nombres conocidos y se ve limitada a carteles de menor nombre.

El encierro de Ricardo Gallardo, propietario del hierro, es uno de los esperados por los aficionados bilbaínos. Urdiales firmó una de las mejores faenas del año pasado y lo confirmó con los victorinos; Leandro rozó la puerta grande hace dos campañas cuando toreó magistralmente un animal de Joselito que lo pinchó con los aceros, y David Mora tomó vuelo en Bilbao hace doce meses.

Todo ello son suficientes ingredientes para convertir la corrida de hoy en una tarde de optimismo para el aficionado, un cartel para ver cosas importantes.