Los vecinos de El Cabanyal critican la “arbitrariedad” al dar licencias
Barberá deniega una rehabilitación y permite a Infraestructuras abrir una vía
Para unas obras sí, pero para otras no. La Associació de Veïns i Veïnes de El Cabanyal-Canyamelar acusó este martes al Ayuntamiento de Valencia de “arbitrariedad” a la hora de conceder licencias de obra y actividad en el barrio y de desoír la petición de las organizaciones vecinales y de comerciantes de que levante la suspensión sobre los permisos. La alcaldesa, Rita Barberá, pese a las reiteradas peticiones desde el barrio y la oposición, insiste en que no puede dar licencias de rehabilitación porque lo impide la orden con la que el Ministerio de Cultura paralizó en 2010 el plan municipal de derribar más de 400 casas para la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez por considerarlo un “expolio” del patrimonio histórico.
El último caso se ha dado con una petición para restaurar una casa en el número 70 de la calle del Progreso, como también denunció hace unos días el grupo municipal de Esquerra Unida. Pese a los informes positivos de los técnicos de la unidad municipal de reformas y del servicio de licencias urbanísticas, el procedimiento se suspende por la orden que dictó el anterior Gobierno socialista. De esta forma, la solicitud de la comunidad de propietarios queda congelada y se impide la rehabilitación de un inmueble del que se desprendió un balcón en otoño pasado y que tiene problemas estructurales porque las viguetas del forjado son de madera.
En cambio, sí ha logrado permiso para actuar la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, que inició hace algo más de un mes unas obras de reurbanización, dentro del Plan Confianza de la Generalitat, que implican la apertura de una calle perpendicular al mar y que une Doctor Lluch y Baler, según explicaron los vecinos. El vial está en el corazón de El Cabanyal, junto a la prolongación de Blasco Ibáñez prevista por el Gobierno local, y está incluido en el plan suspendido, subrayan los vecinos, que argumentan que “es una conexión que resulta totalmente innecesaria en estos momentos, pues conduce directamente a un solar”.
Para los vecinos, el Ayuntamiento comete “un nuevo acto de arbitrariedad”, ya que a su juicio no se entiende el permiso de obras a Infraestructuras y la denegación de la licencia solicitada para un inmueble cuando ambas actuaciones están en el ámbito del Plan Especial de Protección y Reforma Interior paralizado por el ministerio. Con la diferencia, destacan los vecinos, de que el inmueble de la calle del Progreso está “a casi un kilómetro de la zona afectada por la prolongación” y, además, el “estado de riesgo” del edificio obliga desde hace casi un año “al corte de la acera” afectada.
El Ayuntamiento insiste en no dar permisos por la orden de Cultura
Tanto los vecinos y comerciantes, como la plataforma Salvem El Cabanyal, han protestado en numerosas ocasiones por la suspensión de licencias, que consideran que pone freno a los intentos de rehabilitar el barrio y de revitalizar la actividad económica. Frente a ello, el gobierno de Barberá mantiene su interpretación jurídica de las consecuencias del decreto del ministerio, pese a que un informe de la Abogacía del Estado consideró en su momento que la suspensión del plan afecta “únicamente” a aquellas solicitudes de licencias “de demolición o transformación que afecten a la conservación del conjunto histórico”, y no a las obras menores de mejora de fachadas o nuevos negocios.
Para la Associació de Veïns i Veïnes de El Cabanyal, el Ayuntamiento hace “una particularísima y retorcida interpretación” de su obligación de cumplir el decreto que ha desembocado en la “obcecación” y la “arbitrariedad”. Fuentes municipales consultadas por la agencia Efe insistieron este martes en que el Consistorio se mantiene respetuoso respecto a la orden y no autorizará ninguna obra en este barrio mientras esté en vigor.
A finales de julio se unieron por primera vez asociaciones de El Cabanyal con posturas contrarias en torno al proyecto del Ayuntamiento para pedir atención a las necesidades más urgentes del barrio y, entre otros puntos, reivindicaron que se levantara la suspensión de licencias. “Partidarios y no partidarios de la prolongación nos hemos puesto de acuerdo, en esta y en otras exigencias que resultan imprescindibles para sacar a nuestro barrio del caos al que se está viendo sometido”, apuntó ayer al respecto la asociación de vecinos, que lamentó que “al parecer, el Ayuntamiento de Valencia no ha tenido a bien tomar en consideración la opinión unánime de las organizaciones de vecinos y comerciantes”.
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