La Nit de l’Albà más peligrosa

Fue la Nit de l’Albà más oscura y, en paralelo, la que más dosis de peligro acumuló. La explosión, 10 minutos antes del horario oficial para su disparo (las cero horas del lunes), de la Palmera de la Virgen, instalada en el campanario de la Basílica de Santa María, causó tres heridos graves y 20 leves.

El herido más grave fue el dueño de la pirotécnica, Vicente Albarrán, que sufrió quemaduras en el 40% del cuerpo y fue trasladado al hospital La Fe de Valencia. Los otros dos heridos graves fueron el hijo del pirotécnico y un empleado de la firma.

La explosión privó a los ilicitanos, que desde una hora antes habían lanzado miles y miles de cohetes desde las terrazas de sus viviendas, del momento mágico de la noche: una ciudad solo iluminada los fuegos artificiales de los 1.500 cohetes del castillo. Ello provocó la indignación de los vecinos. Un grupo se arremolinó ante el Ayuntamiento y al grito de “dimisión, dimisión”, exigió una explicación a la alcaldesa, Mercedes Alonso, del PP. La regidora, antes de abandonar el Consistorio protegida por la fuerza pública, aseguró que era “un momento muy triste, aunque no ha habido ninguna desgracia”. Este martes insistió en su teoría. “Fue mala suerte. Las medidas de seguridad eran las correctas”, afirmó.

Manuel Rodríguez, portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento ilicitano, abundó en la tesis de la regidora. “La explosión se debió a la caída de un cohete o una chispa. Las medidas de seguridad este año eran las máximas. El recinto estaba acotado y supervisado un equipo de expertos de la policía”, dijo. “Es la primera vez que ocurre, pero era una probabilidad que estaba ahí, dada la cantidad de cohetes que se lanzan desde todas las terrazas de la ciudad”, argumentó.

La Nit de L'Albà y la guerra de carretillas se saldaron con un total de 103 heridos por quemaduras

La versión de Alonso y Martínez fue corroborada por el técnico de fiestas del Ayuntamiento, José Guilabert, que explicó que el perímetro de seguridad era el mismo de otros años.

A la Nit de l’Albà siguió la tradicional guerra de carretillas (lanzamiento de cohetes borrachos), en este caso en un circuito acotado. Este nuevo festín de cohetes se cobró otros 80 heridos más. Solo uno de ellos, un hombre de unos 40 años, precisó asistencia hospitalaria. Esta cifra de heridos es sensiblemente inferior a la del pasado año, cuando se produjeron 138 heridos, de los cuales 22 fueron hospitalizados, entre ellos dos niños de 8 y 10 años.

La explosión a destiempo de la Palmera de La Virgen en la Nit de l’Albà, que causó a 23 heridos, acarreó las criticas del primer partido de la oposición, el PSPV. El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Antonio Rodes, exigió al equipo de Gobierno local, que preside Mercedes Alonso, del PP, “explicaciones claras y contundentes”.

“Los ilicitanos merecen saber si se han cumplido todas las medidas de seguridad necesarias y exigidas en estos casos” y “si el riesgo de que sucediera lo ocurrido estaba razonablemente previsto”, afirmó en rueda de prensa el portavoz socialista. Rodes anunció que su grupo solicitará la convocatoria de un pleno extraordinario para que el Gobierno local, con su alcaldesa, Mercedes Alonso, al frente explique “las medidas de seguridad en la Nit de l’Albà y las mascletades”.

La Festa echa este miércoles el cierre a otra edición del Misteri d’Elx

De hecho, el portavoz socialista apuntó que su grupo no tiene claro “que se estén cumpliendo de manera escrupulosa las exigencias de distancia y seguridad”. Aunque el edil socialista reconoció que la Palmera de la Virgen es “técnicamente muy complicada”, señaló que “hasta ahora no había ocurrido nada” y se preguntó por qué el Gobierno local “cambió dos veces” de empresa para lanzar espectáculo.

Por su parte, la portavoz de Compromís en Elche, Mireia Mollà, pidió “que el equipo de Gobierno del PP ponga en marcha una comisión para investigar qué originó la quema antes de tiempo de la Palmera de la Virgen”. Mollà puso de relieve el riesgo potencial del accidente para la población.

Por otra parte, y una vez recuperados de la accidentada Nit de l’Albà los ilicitanos se entregaron una vez más al eje central de sus fiestas, el Misteri. En la tarde de ayer la basílica de Santa Maria fue una vez el majestuoso marco que acogió la primera parte de este auto sacro-lírico de la tradición oral, la Vespra.

En la Vespra, se escenifica la llegada de Virgen al templo. La representación incluye, como elemento más destacado, el despliegue de una tramoya aérea espectacular: de la cúpula de la basílica de Santa María se abre un cielo decorado del que desciende una granada (la magrana), pilotada por un ángel quien recoge el fervoroso deseo mariano de que los apóstoles permanezcan junto a ella hasta el trance de su muerte.

Precisamente la muerte y su posterior ascensión a los cielos protagoniza la Festa, segunda parte de este espectáculo medieval declarado Patrimonio Oral de la Humanidad por la Unesco.