Despilfarros

»Alemania. El jardín de las delicias de muchos alemanes para pasar los veranos o la jubilación está en España, y sus bancos no son ajenos a nuestra burbuja inmobiliaria. Por otro lado, sus cifras de negocio pueden verse afectadas por un descenso del consumo y una incipiente germanofobia de los europeos sufrientes. Alemania debe echar las cuentas en euros de su exceso de rigor.

»Autonomías. Como siempre, nos vamos a los extremos: ahora la culpa de todo la tienen las autonomías. Claro que ha habido excesos, y más en algunas, pero en la mayoría los recursos ordinarios se utilizaron para crear un Estado de bienestar y proximidad al ciudadano, en todo caso sombra de lo que la mayoría de Europa viene disfrutando desde hace muchos años.

»Despilfarros. Si seguimos por este camino, todas las inversiones realizadas en democracia fueron un puro disparate. Galicia hoy no hubiera podido hacer la Cidade da Cultura, pero tampoco dos puertos exteriores, ni uno siquiera, ni tres universidades, ni auditorios y hospitales por doquier, ni un trazado de alta velocidad al gusto de cada ciudad. Dediquemos los esfuerzos a gestionarlas bien y no a seguir criticando lo que ya está hecho.

»Mirar a la cara, no al dedo. Cuando los políticos utilizan el índice para dar la palabra en las ruedas de prensa, fijémonos en sus caras. Antes eran de satisfacción, de seguridad. Ahora, en cambio, todos parecen asustados. Necesitamos a los mejores políticos, no a los más atemorizados.

»Dos mujeres. Escuché a Antía Cal en la Fundación Otero Pedrayo y a María Xosé Porteiro en la presentación de su último libro, Vine, vi y ¡hablé! Con el feminismo de María Xosé se puede estar más o menos de acuerdo, pero es propositivo, proactivo. Antía, una pionera en el campo de la docencia, planteó en Trasalba una pregunta fundamental en materia educativa, extensible a la sanidad. ¿En qué década del siglo pasado nos va a poner esta crisis?

»El Camino. En términos culturales, es lo más importante que tenemos. Es absolutamente global, intergeneracional y social. Vivimos de las rentas de su primera animación, que empezó en los años 80, cuando no había interés político ni Xacobeo. El año jubilar 2021 está a las puertas y hay que diseñar una estrategia nueva para una Europa diferente.

»Metrópoli fallida. Ahora que Vigo ha optado por no ponerse de acuerdo con el plan metropolitano, Compostela debería plantearse, en la frontera de cinco años y con buenos estudios de base, la fusión de municipios próximos como Ames y Teo. Creo que todos ganaríamos con ello.

»Eugenio Granell y Leopoldo Nóvoa. Aunque su arte y su estética no tienen nada que ver, los dos se formaron en el exilio y son nuestros pintores más internacionales. Los reuní un día y recuerdo que se produjo una fusión interesante. En el homenaje a Leopoldo en el Museo do Pobo Galego, Mercedes Rozas dijo que la memoria que se refugia en sus salas se resguarda de su peor enemigo, el olvido. Cuando un museo etnográfico visualiza el presente en torno a las figuras de Nóvoa y Granell, marca su futuro.

»Culpas. Cuando vuelvan los incendios volverán las inculpaciones. Conviene dedicar los ímpetus parlamentarios a seguir investigando las múltiples razones y soluciones del problema. A lo mejor las políticas han de orientarse más a la gestión del fuego que a su exclusión y prevención.

»Releer lo escrito. Después del affaire de las Caixas, los todólogos y los políticos deberían releer lo que escribieron o defendieron. Aquellos que se posicionaron con pasión por el norte o por el sur se habrán dado cuenta de que sus próceres no lo merecían, estaban a lo suyo.

»Con las manos en el Calixtino. La Iglesia fue esplendorosa hasta el siglo XIX, después perdió criterio constructor y mantenedor. Lo del Códice Calixtino quizá sea el epílogo. Ahora la basílica compostelana tiene un instrumento: el plan director. No les queda otra alternativa y una buena forma de empezar sería que todos los que se han fotografiado con el manuscrito lo manejaran con guantes.

»Alternativas viarias. Se vuelve a hablar de trazados alternativos a la AP-9 y a la N-550. Que no se pierda la oportunidad única de armonizar planeamientos locales y supralocales con infraestructuras. Luego aparece, como en las autopistas y autovías, el sarpullido edificatorio que tanto escandaliza.

»Alepo. La ciudad vieja de Alepo es una de las joyas del patrimonio de la humanidad. Es un bien excepcional, irreemplazable. La pérdida de vidas parece imparable y, a la par, el patrimonio, su historia. La banalización en el uso del patrimonio se corrige; su destrucción no tiene remedio.