Feijóo juega con los tiempos
El presidente oculta la fecha en que impulsará la reforma electoral El PP ordena a sus diputados que estén localizables y cerca de Santiago en agosto
En su calidad de presidente de la Xunta, solo Alberto Núñez Feijóo puede decidir la fecha de las elecciones. A él le corresponde disolver el Parlamento de Galicia y llamar a las urnas antes de que concluya la legislatura en marzo del año que viene, delicada arma electoral que tanto puede ser empleada contra sus adversarios como disparársele en las manos, como le ocurrió a su antecesor. Con la oposición y sus propios compañeros de partido en tensión permanente ante una eventual convocatoria anticipada, Feijóo está decidido a jugar con los tiempos hasta el final, también con la reforma unilateral de la Ley Electoral, la reducción de 14 diputados con la que puede asestar el tiro de gracia a socialistas y nacionalistas.
Más allá del núcleo duro del PP formado por Feijóo, el secretario general, Alfonso Rueda, y el portavoz parlamentario, Pedro Puy, nadie en el partido tiene ni la más remota idea de cómo ni sobre todo de cuándo se tramitará la reforma electoral, ni siquiera de si agosto está descartado. Y de su contenido, todo es negociable salvo la parte que beneficia a los intereses del PP. Esto es: mantener intactos los 10 diputados por provincia y restar 14 de los 35 de asignación proporcional a la población, de forma que las más populosas A Coruña y Pontevedra, las menos afines al Partido Popular, pierdan peso en el reparto final. Pese a su impacto en un Parlamento donde las mayorías suelen estar cogidas con alfileres, el presidente desliza que se trata de una reforma “de poco calado” que se puede despachar por lectura única y trámite de urgencia.
De la fecha de las elecciones, lo único cierto es que no se convocarán hasta que el Parlamento apruebe la reforma electoral que allane el camino del PP. Y ante la sospecha de que Feijóo opte por una tramitación exprés, los grupos de la oposición están alerta y con el 20 de agosto marcado en el calendario, ya que la semana anterior está plagada de festivos en Santiago y es la elegida por el presidente de la Xunta para sus vacaciones. Pero la alerta va más allá de PSdeG y Bloque, ya que Feijóo y Puy han dado instrucciones a los diputados del PP para que estén localizables y a escasas horas de la capital durante todo agosto, pero especialmente en las dos últimas semanas. El presente es un mes sin actividad en el Parlamento, pero bastaría una reunión extraordinaria de la mesa de la Cámara para poner en marcha la convocatoria de un pleno y llegar a septiembre con la ley reformada.
El viceportavoz popular reconoce que Feijóo no les dice “ni sí ni no”
Además de la modificación de la Ley Electoral, los tres grupos están a la espera de lo que decidan Feijóo, Rueda y Puy sobre la comisión de investigación sobre la fusión de las cajas, aprobada por el Parlamento el pasado 2 de agosto, pero pendiente de impulso por la junta de portavoces y la mesa del Parlamento. Semanas atrás, Feijóo aseguró que comenzaría sus trabajos “antes de septiembre”. “No sabemos nada”, reconoce el portavoz adjunto del grupo popular Román Rodríguez, que se reparte las guardias de verano con la también adjunta Marta Rodríguez Arias. “En principio no hay nada previsto, pero no podemos asegurar ni que sí ni que no”, añade, en referencia a que reforma electoral y comisión de investigación se impulsen este mes.
El PP, mientras, insiste en que la reducción de diputados es innegociable, y atribuye a socialistas y nacionalistas intereses partidistas e incluso personales. “Hay diputados que ven peligrar su escaño”, les achacó ayer Alfonso Rueda.
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