La oposición hace causa común contra Izagirre por echar a dos ediles del PSE
Los socialistas supeditan restaurar las relaciones a que el alcalde se retracte
Con diferencias en la modulación, pero con el mismo mensaje de base: la decisión del alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, de Bildu, de destituir el pasado viernes a dos ediles del PSE del Consorcio Autoridad del Transporte de Gipuzkoa es intolerable, según toda la oposición (socialistas, PP y PNV). Bildu aprobó en la Junta de Gobierno local sustituir a Susana García Chueca y Denis Itxaso por Nora Galparsoro y Axier Jaka, ambos de la coalición abertzale. La justificación: los socialistas —al igual que PP y PNV—, votaron en el pleno de julio a favor de la destitución de Galparsoro como representante del Consistorio en la Mancomunidad de San Marcos, la entidad que gestiona los residuos de San Sebastián y su área metropolitana.
El PP considera “vengativa” la decisión del equipo de gobierno
Los directamente afectados, los socialistas, cuyo portavoz Ernesto Gasco ya anunció el viernes que rompía relaciones con Bildu, supeditaron reanudar cualquier relación con Izagirre a que se retracte de su decisión. “Primero tendrían que volver a restituir a los ediles y segundo, convocarnos a una reunión de trabajo para aclarar la situación”, especificó ayer Gasco a EL PAÍS.
Principales enfrentamientos entre Izagirre y la oposición
- Septiembre de 2011. Los tres partidos de la oposición en el Ayuntamiento de San Sebastián (PSE, PP y PNV), critican al alcalde, Juan Karlos Izagirre, por la presunta permisividad del consistorio en la toma del edificio Uxotegi —asaltado por un grupo de okupas en la Parte Vieja de la ciudad—. La oposición aprobó la creación de una comisión de investigación en el Ayuntamiento para dilucidar la responsabilidad en los hechos del entonces secretario de Izagirre, Josetxo Ibazeta, en los hechos. Bildu se opuso a la creación de la mencionada comisión.
- Abril de 2012. Bildu presenta un borrador de proyecto para los presupuestos de 2012 del Ayuntamiento donostiarra. El equipo de gobierno se ve obligado a retirar el plan cuando los tres partidos de la oposición presentan cada uno una enmienda a la totalidad. Bildu, en cambio, sí consiguió pactar un plan de inversiones dotado con 78 millones de euros con el PNV para 2012-2015. El acuerdo con los nacionalistas se suma al que pactó con el PSE para la subida de unas tasas e impuestos. Son los dos únicos acuerdos de Bildu con algún partido de la oposición.
- Junio. Nada más alzarse con el poder en junio de 2011, Bildu anunció que revisaría todos los proyectos urbanísticos aprobados por el anterior equipo de gobierno municipal, compuesto por PSE, Aralar y Alternatiba. Izagirre decidió detener la construcción de la estación de autobuses en Atotxa, ya adjudicada, para proponer su propio proyecto: Riberas de Loiola. El consistorio solo dio marcha atrás cuando socialistas, populares y PNV votaron en el pleno de junio la construcción de la infraestructura en Atotxa.
- Julio. Los ediles del PSE y el PP abandonaron el pleno por un presunto comentario ofensivo de la concejal de Cultura, Nerea Txapartegi, según denunció el concejal socialista Denis Itxaso.
El baile de nombres entierra el pacto que alcanzaron los partidos a comienzo del mandato para, de común acuerdo, elegir a los ediles que representarían al Ayuntamiento en distintos organismos. El reparto de cartas pactado no por ello ha estado exento de polémica desde un principio. El PP, por ejemplo, pregunta insistentemente por qué no tiene ningún representante en Tabakalera.
“Es una vergüenza, lamentable”, apuntó ayer el portavoz popular en el consistorio, Ramón Gómez Ugalde, que no dudó en calificar la medida de “vengativa”. La oposición recuerda que no se puede equiparar la destitución de la edil de Bildu en la Mancomunidad de San Marcos con la de los socialistas en la Autoridad del Transporte. La primera fue votada en el pleno por PSE, PP y PNV bajo el argumento de que Galparsoro no retransmitía al organismo lo acordado por el propio pleno. Es decir, no representaba la voluntad del Ayuntamiento, sino intereses partidistas, coreó la oposición. La segunda constituye una decisión exclusiva de Bildu, que, como detalló en un comunicado, responde única y exclusivamente al movimiento previo de los socialistas en San Marcos.
“Es una decisión respaldada sólo por el 24% del Ayuntamiento, que no refleja la mayoría social”, recordaron desde el PNV en referencia a la destitución. La cifra no es baladí. Las calculadoras han irrumpido de forma significativa en lo que va de legislatura en los plenos y votaciones del Ayuntamiento donostiarra. Con un pastel repartido casi a partes iguales entre cuatro comensales —Bildu tiene ocho concejales, los socialistas, siete y PP y PNV, seis cada uno—, cualquier decisión debe ser pactada al menos por dos fuerzas.
Hasta ahora las matemáticas no han hecho sino jugar en contra de Bildu. Izagirre se ha topado con la oposición en bloque en temas de gran calado ya sea los presupuestos —el Ejecutivo local sólo fue capaz de alcanzar un acuerdo sobre inversiones con el PNV—, la estación de Atotxa o el futuro sistema de recogida de basuras de la ciudad.
El PP no descarta que sea el próximo grupo que vea como sus ediles desaparecen de algún órgano de representación por mandato directo de la Junta de Gobierno local. De ahí la premura con la que la oposición espera aprobar en otoño una modificación normativa, que dejaría en manos del pleno y de las mayorías que en él se formen la designación de los representantes del Consistorio.
De momento, el PSE y el PP vuelven apostar por un acuerdo que eché a Bildu de la alcaldía. Pero en esta ocasión, las peticiones tienen otro destinatario: el PNV, cuyos votos son imprescindibles para ello.
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