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Horta-Guinardó para guiris

El distrito promueve una ruta turística inspirada en la historia y el agua

Camilo S. Baquero
El laberinto de Horta es una de las atracciones de la guía
El laberinto de Horta es una de las atracciones de la guíaCARLES RIBAS

Masías burguesas con lagos y pozos de ensueño. Un quiosco modernista donde se vendía agua con propiedades medicinales. Calles donde el lavado de ropa a mano era la actividad que permitía la subsistencia. Estos son algunas de las estampas auténticas con las que el Ayuntamiento de Barcelona pretende atraer turismo a Horta-Guinardó. La ciudad del agua, como se llama el itinerario, busca llevar a las empinadas calles de los 11 barrios del distrito parte del bálsamo económico que traen los casi 7,5 millones de turistas que se espera que este año visiten a la ciudad.

Barcelona trabaja desde hace tiempo en planes para generar nuevos recorridos que quiten presión a los espacios más visitados, como Ciutat Vella. Los visitantes que llegan a la capital catalana se concentran básicamente en cuatro puntos, según las encuestas que realiza Barcelona Turisme. La última, publicada hace dos semanas, muestra que La Rambla, el Barri Gòtic, el paseo de Gràcia y el templo de la Sagrada Familia se llevan casi todo el pastel. El parque Güell ocupa el puesto número 11 de la lista y es la única atracción fuera de la parte llana de la ciudad, aunque recibe la atención de buena parte de los operadores turísticos.

El nombre de la iniciativa busca hacer homenaje al agua, un elemento que según El Pou Grup d’Estudis de la Vall d’Horta i la Muntanya Pelada, vertebró la construcción del distrito. Se trata de un tema que puede resultar desconocido hasta para los mismos barceloneses. La orografía —los Tres Turons y la sierra de Collserola— forma un espacio perfecto para la ubicación de depósitos de agua y el asentamiento de empresas que necesitaban grandes cantidades de ella para poder funcionar. Otra de estas actividades fueron las lavanderías caseras, cuyos inicios se remontan al siglo XVII y cuyos vestigios más recientes pueden verse en calles como las de Aiguafreda, una de las 36 estaciones del recorrido. A finales del siglo XIX, el agua que se consumía en las islas del Eixample provenía de allí.

“La idea no es convertir el distrito en un sitio masificado, sino ofrecer una alternativa diferente a un turista más interesado y sensible”, explica una portavoz del Consistorio. A la lista hay que añadirle “voluntad” por parte del viajero, sobre todo para subir y bajar calles con inclinaciones considerables.

“Queremos crear herramientas y aportar recursos para salir de la crisis y luchar contra el desempleo”, explicó la regidora Francina Vila (CiU) durante la presentación de la iniciativa. En el proyecto también participan los ejes comerciales de los barrios del distito.

La iniciativa cuenta por lo pronto con recursos en la web y mapas, y se está trabajando en la mejora de la señalización de los recorridos. También se busca que el turista haga uso del transporte público. El proyecto, aunque ambicioso, es bastante austero. “Todo se ha hecho con el personal de casa”, confiesa Vila.

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La guía también incluye atractivos más conocidos, como el parque del Laberinto de Horta, el hospital de Sant Pau y los búnkeres antiaéreos del Turó de la Rovira, además de joyas arquitectónicas como la iglesia de Sant Genís dels Agudells y la Casa de les Altures, y el ocio desenfadado de la plaza de Eivissa.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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