Palas en alto para recibir a Chourraut
La deportista guipuzcoana regresa a Euskadi tras ganar el bronce olímpico en K1
Medalla de bronce al cuello, muy emocionada y escoltada por dos de sus compañeros. Así llegaba anoche Maialen Chourraut, tercera en la final olímpica de piragüismo en aguas bravas, al aeropuerto de Hondarribia (Gipuzkoa). Su avión aterrizó pasadas las ocho y media de la tarde, procedente de Madrid, y fue recibida con aplausos, ovaciones, turutas y tambores. Los chavales del Club Atlético de San Sebastián, al que pertenece la medallista, llevaron una gran pancarta en euskera en la que se podía leer “Bienvenida campeona”.
La deportista guipuzcoana se mostraba sonriente y feliz mientras atravesaba un pasillo de palas en alto con las que los seguidores la han recibido en el aeródromo. Chourraut no ha tenido ningún reparo en firmar autógrafos y fotografiarse con los aficionados, algunos de los cuales le han agasajado con flores.
Entre la ruidosa comitiva se encontraban los presidentes de la federación vasca de Piragüismo, Joseba Saies, y la federación guipuzcoana, José María Urkiola. También se acercaron hasta el aeródromo algunos miembros del club Santiagotarra de Irun, del que procede Ander Elósegui.
La deportista recalcó que la calurosa bienvenida era “la manera perfecta de volver”
Chourraut, ataviada con la chaqueta del chándal oficial de España, aseguró que el “increíble” despliegue de entusiasmo era “la manera perfecta de volver”. Le acompañaban Ander Elosegui, que se quedó a un paso de conseguir el bronce en slalom, y Samuel Hernanz, que se ha estrenado en la competición olímpica en los Juegos de Londres, donde terminó en quinto lugar en la modalidad K1.
“Esto es merecidísimo, no solo para mí, sino para todo el equipo”, dijo Chourraut en declaraciones a Efe. “Es algo que queríamos, necesitábamos y por lo que luchábamos desde hacía mucho tiempo, y aquí está”. La deportista ha declarado en varios medios su orgullo porque el público se ha interesado y vibrado con su deporte, el gran desconocido que era hasta ahora el piragüismo de aguas bravas.
La palista ha vuelto de Londres apenas 24 horas después de conseguir la primera medalla olímpica de la historia de España en aguas bravas. El jueves llegó a la Villa Olímpica pasadas las dos de la mañana, según contó ayer, y a las seis se levantó para coger el avión que le trasladó a Madrid, donde aún esperó seis horas para volar hasta Hondarribia. Ahora viajará a La Seu d’Urgell para descansar una semana antes del Campeonato de España. Después regresará a Gipuzkoa para tomarse unas largas y merecidas vacaciones.
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