“Las farmacias me negaron el medicamento porque no cobran”
Un enfermo de cáncer retrasa su tratamiento por las trabas para un caro fármaco
Javier Ferrándiz pasó en junio el momento "más angustioso" de su vida. Tras salir airoso de la extirpación de un tumor junto al riñón en una intervención de seis horas en el hospital público Virgen de los Lirios de Alcoy, se vio envuelto en un “periplo” para comenzar su tratamiento postoperatorio. El motivo: la dificultad de conseguir el medicamento que le recetó su endocrino. Ninguna de las cuatro farmacias de Cocentaina, donde reside, le dispensó Lysodren, un anticancerígeno para evitar el crecimiento de los tumores, que cuesta 682 euros y que financia la Seguridad Social. "Los farmacéuticos me decían que no lo tenían y que era difícil de encontrar", relata Ferrándiz, de 42 años y con dos hijos.
Los días pasaban y el medicamento no llegaba. El paciente, nervioso, recurrió a la Asociación de Ayuda de Tratamientos de Cáncer de L'Àlcoià (SOLC), al Centro de Salud de Cocentaina y denunció el caso ante la Inspección Sanitaria. Tras un periplo burocrático, consiguió el anticancerígeno a través de una farmacia de Alcoi, que lo adquirió de un almacén de Murcia el 22 de junio. Lysodren llegó una semana después de la fecha indicada para iniciar el tratamiento. La demora "no supuso gravedad" pero causó una "angustia innecesaria", según fuentes médicas. “El cirujano me dijo que era una lástima el retraso porque la operación había salido muy bien”, recuerda.
Ferrándiz culpa de su "faena" a la situación económica del Consell. “He sido víctima de las deudas de la Generalitat”, argumenta. El enfermo atribuye el recelo de las boticas a dispensarle el caro medicamento a los problemas financieros derivados de los impagos.
Sospecha que no le vendieron Lysodren porque los boticarios no saben cuándo lo cobrarán. Las farmacias alicantinas arrastran una deuda consolidada de febrero a junio de 215 millones de euros.
Los farmacéuticos de Alicante alertan del riesgo de “desabastecimiento”
Constructor en paro, el paciente da por finalizado su “vía crucis” y se queja de que fue “maltratado” por la Administración. Asegura que la Consejería de Sanidad le ha garantizado el medicamento que, a partir de ahora, deberá recoger directamente en la farmacia del Hospital Virgen de los Lirios, donde se somete a radioterapia. Cada caja de Lysodren tiene cien pastillas, la cantidad suficiente para veinte días, y el tratamiento tiene una duración de cinco años.
La Consejería de Sanidad explica que ha solucionado “el problema provisional” de Ferrándiz. Precisa que se trata de un episodio único en la Comunidad y descarta el riesgo de desabastecimiento. “En casos puntuales se podrá facilitar a través de los centros sanitarios”, remarcan desde el departamento que dirige Luis Rosado.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Alicante, Jaime Carbonell, admite que “la situación de asfixia” ha llevado a algunas farmacias a no poder comprar medicamentos y apunta del riesgo de “desabastecimiento”. “Está pasando y hay que admitirlo: a algunos compañeros ni les prestan los bancos ni les fían las distribuidoras”, dice. Coincide con sus compañeros. “A ciertos clientes les digo que se vayan a otra farmacia porque yo no puedo comprar su medicamento y endeudarme más”, explica una boticaria de Valencia que se muestra "desesperada" por los impagos del Consell y se queja de que los bancos han dejado de prestarle dinero.
El diputado del PSPV Ignacio Subías considera que el caso de Ferrándiz encarna la cara más dura de los recortes. “Estamos ante una situación límite porque el PP está tomando decisiones injustas que afectan a las personas”, lamenta para añadir: “A este hombre le han hecho pasar un mal trago innecesario”.
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