La Xunta envía inspectores a unas obras del AVE en un bosque secular
“Cada vez más expropiaciones, nos vamos a quedar sin pueblo. Hay que movilizarse. Hay otras alternativas y no las quieren ver”, comenta un vecino
Había un proyecto con declaración de impacto ambiental que preveía la ocupación de 190.000 metros cuadrados para construir un tramo de vía para el AVE de 2,3 kilómetros. Pero la semana pasada los vecinos de Cerdedelo (Laza) fueron convocados a una reunión urgente en la que les dieron a firmar, dicen que por sorpresa, nuevos documentos de expropiación que algunos rubricaron creyendo que no había alternativa. El viernes, explica la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), las excavadoras ya estaban trabajando con nuevos planos en un área del bosque que no entraba en aquellos 190.000 metros iniciales. Este colectivo que vela por el medio ambiente hizo público este fin de semana que la UTE que encabeza Dragados amplió su área de trabajo hasta los 450.000 metros cuadrados, 260.000 más de lo previsto, pero en esta ocasión obviando la declaración de impacto.
Al considerar, al menos, “alegal” la operación, la SGHN decidió enviar denuncias tanto al ministerio de Fomento y el de Medio Ambiente, como a la consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas. Ayer, según le confirmaron desde la Xunta a la asociación ecologista, inspectores de Medio Ambiente visitaron los trabajos del AVE. Los técnicos de la Administración gallega fueron para comprobar si era cierto, tal y como informaba la SGHN, que esta ampliación afectaba al LIC (Lugar de Interés Comunitario) Río Támega y a abundantes castaños centenarios en pleno proceso productivo.
Última cosecha perdida
“Cada vez más expropiaciones, nos vamos a quedar sin pueblo. Hay que movilizarse. Hay otras alternativas y no las quieren ver”, comenta un vecino en un grupo de Facebook, Salvemos el bosque, ante el avance de una explanación que se llevará por delante sotos de castaños varias veces centenarios, nogales y especies de ribera (fresnos, alisos, abedules) del tramo del río Támega sobre el que discurrirá un viaducto del AVE infinitamente más alto que los árboles. En total serán unos 5.000 ejemplares, y de los castaños ya nadie podrá recoger la última cosecha (muchos árboles dan 200 kilos de castañas). “Hay bastantes que son dignos de entrar en el Catálogo de Árbores Senlleiras”, dicen desde la SGHN, “como el Castiñeiro de Cerdedelo, a un kilómetro de las obras, que ya está protegido”. “Los viejos del pueblo están tristes”, describen, “estos castaños ya quitaban el hambre a sus tatarabuelos”.
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