Pugna por el control de Intervida

Se ha abierto la veda en Intervida. El pasado viernes, la ONG dejó de estar bajo tutela judicial por orden de la Audiencia Nacional tras cinco años de investigación por un presunto desvío de fondos que no se ha probado. El juez Pablo Ruz ha ordenado al protectorado de fundaciones de la Generalitat que adopte “las medidas oportunas” para “garantizar el funcionamiento” de la entidad, dedicada al apadrinamiento de niños del Tercer Mundo. Pero los fundadores y exdirectores de Intervida que estuvieron imputados en la causa, Eduardo Castellón y Rafael Puertas, apenas han dejado pasar el fin de semana para tratar de recuperar el control de la ONG.

A primera hora de ayer, ambos se presentaron en la sede de Intervida junto con dos de los expatronos, con el cargo caducado desde hace 15 días. El actual comité de dirección de Intervida se sintió molesto por la inesperada visita, pero les habilitó una sala de juntas, donde permanecieron hasta las ocho de la tarde.

La instrucción del caso Intervida, que se centró en un presunto desvío de casi 200 millones para fines no humanitarios, ha estado abierta cinco años. Durante ese tiempo, la organización ha estado bajo el control de unos administradores judiciales y gestionada por el comité de dirección (formado por miembros de la ONG ajenos a las investigaciones).

“Estamos contentos de que hayan levantado las medidas cautelares, pero también nos preocupa que Castellón, implicado por un desvío de dinero, se presente aquí. Esto demuestra que no le preocupa nada el futuro de los niños que dependen de nosotros", comenta un portavoz del comité de dirección de Intervida, aludiendo a una pieza separada que Ruz ha remitido a la Audiencia de Barcelona para que indague una transacción de 58 millones de dólares que, supuestamente, hizo Castellón el 11 de julio de 2007, día en que se intervino la ONG. Él lo niega. Su compañero, Puertas, justifica su retorno: “Nosotros fundamos Intervida, es la obra de nuestras vidas”.