“Mi Carmen es más erótica que pornográfica”
Román Gubern se estrena en la novela, tras publicar 40 ensayos, explicitando lo que Merimée no se atrevió a contar
Con más de 40 libros publicados, el reputado estudioso del cine y de la comunicación Román Gubern (1934) acaba de estrenarse en el mundo de la novela. Y lo ha hecho bajo el seudónimo de Claire Guillot y con una road movie del siglo XIX, La confesión de Carmen, publicada por la editorial valenciana Pre-Textos. Gubern ha hecho suya la Carmen de Merimée, inventando su infancia y su adolescencia y explicando el origen freudiano de su comportamiento con los hombres. Su Carmen es una libertaria feminista, una mujer rebelde sexualmente liberada. Lo que en la novela francesa se sugiere, en la del escritor catalán se explicita, con numerosos encuentros carnales de elevado contenido erótico, enriquecidos con germanismos y gitanismos. El autor sostiene que es una novela “rara”.
Pregunta. ¿Por qué se ha inspirado en la Carmen de Merimée para escribir su primera novela?
Respuesta. Carmen es el mayor regalo que ha hecho la cultura francesa a España. Y en un libro que publiqué 2002, ‘Máscaras de la ficción’, analizaba grandes arquetipos narrativos, entre ellos Carmen de Merimée. La historia de Carmen la conocemos porque la contó don José, condenado a muerte, pero si la conociésemos por boca de ella sería muy distinta que la de don José. Aquella semilla quedó larvada. Y un verano se me ocurrió escribir Carmen siguiendo el argumento de Merimée, pero en primera persona. Me compré un diccionario de gitanismos y germanías para darle verosimilitud. La Carmen de Merimée empieza cuando ella tiene 25años y trabaja en la fábrica de tabacos. De modo que tuve que construirle una infancia y una adolescencia. Y me inventé que es hija de una gitana violada por un soldado de Napoleón para explicar su relación con los hombres, su actitud vengativa. Esto es Freud.
P. ¿Es una Carmen protofeminista, una mujer fatal?
No me reprimo de contar las cosas por su nombre
No me reprimo de contar las cosas por su nombre
P. O pornográfica
R. Mi Carmen es más erótica que pornográfica. Eso sí, no me reprimo de contar las cosas por su nombre. Cuando Merimée escribió Carmen aún no había nacido Freud. Yo sí lo leí de joven. Y aporto una explicación motivacional. La diferencia entre el psicoanalista y el escritor es que el primero parte de una conducta y busca sus motivaciones y el segundo se inventa unas motivaciones para construir una conducta. De ahí los muchos sueños de Carmen en mi novela, que son hijos de Freud. La libertaria rebelde que es Carmen se explica porque su madre fue violada, nació pobre, vivió penurias y humillaciones…
P. Hay pasajes sexualmente muy explícitos
R. No perdonaré jamás a Franco que mi adolescencia se viera reprimida por el nacionalcatolicismo. Mi liberación fue cuando marché a París, que era una fiesta, como decía Hemingway, y luego fui a EEUU. Volví a España en 1977. No me interesa tanto el Marqués de Sade, por ejemplo, que me parece excesivo, acumulativo con esas 20 personas enculándose a la vez. Aunque tuvo muchos admiradores como Buñuel, al que admiro y tuve la suerte de conocer. A mí, Sade no me pone.
No perdonaré jamás a Franco que mi adolescencia se viera reprimida por el nacionalcatolicismo
P. ¿Qué le pone?
R. Hay novelas románticas que me ponen más. Hasta diré que Cumbres borrascosas me pone más, con esas pasiones desatadas. O Lolita, que ninguna editorial americana quiso y se publicó en París, como la obra de Henry Miller, como el Ulises de Joyce. En cambio, la literatura se ha ido liberando de los tabúes religiosos que pesaban sobre ella. Y yo he querido liberarme de la autocensura de determinadas cosas. Por qué no voy a contar las cosas como son o emplear expresiones como ‘la estaba hocicando’
P. ¿Cuándo decidió publicar la novela?
R. La novela la tenía en un cajón y una noche cenando con una amiga filóloga y feminista salió el tema en la conversación. La leyó y me dijo que tenía que publicarla. No soy novelista aunque ha trabajado la ficción escribiendo guiones de cine (como el de Dragón Rapide). Le dije que sólo lo publicaría si tuviese el aval académico de una autoridad. Entonces ella habló con Darío Villanueva (secretario de la RAE).
P. Y en el prólogo, Darío Villanueva dice que se trata de una novela de lector...
R. Tengo 77 baños y he leído bastante y analizado ‘Carmen’, claro, que me parece una obra maestra. Y también hay un trabajo con los gitanismos…
La libertaria rebelde que es Carmen se explica porque su madre fue violada
P. Algunos son muy llamativos…
R. El sentido se entiende, aun sin conocer el significado bien el significado. La palabra pene 20 aceptaciones, coño 25…. Como suele ser habitual en muchos idiomas.
P. También introduce un par de bromas. De los catalanes recuerda una cita de Dante que los llama mezquinos y sobre el origen del eukera, Carmen explica en la novela que procede de la lengua de los monos…
R. Me he permitido ser un poco políticamente incorrecto bajo la autoridad literaria de Dante, que me protege, y porque hay mucha mitología. Son eso, bromas.
P. Tampoco ha pretendido usted romper con ninguno de los tópicos de Carmen, ¿no?
R. La novela fue escrita en 1845 y provocó tanta reticencia y hostilidad en España que no se traduce hasta 1891 al español. Cuando Bizet estrena su ópera fracasa rotundamente. Tiene que ir de gira por Europa y triunfar fuera para volver a París. Eso pasa mucho en España. Entiendo que en el romanticismo –recuérdese a Víctor Hugo y su ‘Africa empieza en los Pirineos’-, España era la reserva pasional de Europa. Bandoleros, gitanas, lances de honor, grandes pasiones, leyenda negra.. Era un país preñado de mitologías…
P. ¿Por qué eligió Pre-textos para publicarla?
R. Elegí Pre-Textos porque es una editorial atípica. Tienen grandes textos en la editorial. Y pensé esta es una novela rara.
P. ¿Tiene otra novela guardada?
R. No, no. Aparte de guiones, es mi primera novela y será la última. No veo como novelista. Soy un profesor. Empecé en EE UU y me he jubilado. Mi mundo es la comunicación visual, el cine, los cómics, la imagen. Aunque sé que los novelistas ganan mucho más dinero que los ensayistas. Próximamente publicaré ‘Diccionario erótico del cómic”, con Luis Gasca, que tiene la mejor colección de cómic erótico de Europa. Empieza por la acusticofilia y acaba por zoofilia y entre ambos no te cuento las cosas que vimos. Hemos tenido que echar mano de todas las enciclopedias.
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