La visita de los Príncipes de Asturias no aclara el futuro de la Academia de Talarn
La entrega de títulos de este lunes puede haber sido la última que se celebra en esta instalación
La visita de los Príncipes de Asturias a la Academia General Básica de Suboficiales de Talarn (Pallars Jussà) no ha servido para despejar la incertidumbre que desde finales de marzo existe sobre la continuidad del centro de enseñanza militar, que desde su creación en 1974 ha formado a más de 23.000 sargentos del Ejército de Tierra y ha sido el buque insignia de la comarca.
Don Felipe y doña Leticia han presidido en la mañana de este lunes la entrega de despachos a 449 sargentos de la 37 promoción. La mayoría de los suboficiales proceden de Andalucía, Madrid, Castilla-León y Valencia. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, entregó la espada de Jaime I al número uno de la promoción, Francisco José Parra, de Lorca, quien a su vez recibió su despacho de sargento de manos del Príncipe.
Para muchos de los asistentes, la entrega de títulos de hoy puede haber sido la última que se celebra en Talarn. El coronel director de la Academia, Luis Castuera, no ha hecho, en su alocución dirigida a los nuevos suboficiales, ninguna referencia sobre el futuro de la instalación.
En cambio, quien sí lo ha hecho, aunque sin aportar ninguna novedad, ha sido el ministro de Defensa, Pedro Morenés. Éste ha manifestado que el ministerio que dirige no ha tomado todavía ninguna decisión sobre Talarn. “Lo que sí hemos decidido es elaborar un Plan General de Infraestructuras, que estará terminado en diciembre y que servirá para conocer la utilidad de todas las academias militares”, ha apuntado.
“Si tienen utilidad, podrán continuar, pero si no la tienen, lamentablemente, tendremos que prescindir de ellas”. El ministro ha pedido a partidos e instituciones que piensen en utilidades complementarias a la actividad militar, que en el caso de Talarn sólo está garantizada hasta diciembre con un curso de formación básica militar.
El responsable de Defensa ha descartado la posibilidad de alquilar las instalaciones militares para buscar una rentabilidad, pero se ha mostrado abierto a cederlas a otras administraciones para realizar otro tipo de actividades si se comparten los gastos de mantenimiento. “Me gustaría que quienes piden su continuidad, pidan también en el Congreso un incremento de los presupuestos de Defensa, ha señalado Morenés.
Algunos mandos militares de la Academia de Talarn se han referido a la posibilidad de que en enero empiecen a impartirse cursos de capacitación de ascenso al cargo de brigada, para los que hay 900 aspirantes. De aprobarse estos cursos se lograría dotar de actividad a la academia durante algunos meses más.
Desde que se anunció el posible cierre de la instalación militar, a finales de marzo, numerosas pancartas reivindicativas blanden en edificios, calles y carreteras de la comarca con el lema Academia sí. Entidades, asociaciones e instituciones públicas constituyeron una plataforma ciudadana que ha convocado diversas movilizaciones y ha recogido más de 5.000 firmas para defender la continuidad de un centro de cuya actividad dependen 800 puestos de trabajo, entre militares y civiles. Su cierre significaría un gran impacto social y económico en una comarca deprimida y sin demasiadas alternativas.
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