El operario fallecido en Zumaia entró en un contenedor y se mareó

Gorka Ramos, el joven de 27 años, fallecido ayer en la panificadora Aratadi de Zumaia, entró en un contenedor donde se almacenaban masas y pan en mal estado y se desvaneció, según el preinforme que ha elaborado Osalan. El trabajador se introdujo en el contenedor para tratar de despejar una de las bocas que se encontraba saturada, según determina el texto, aunque aún se desconoce que causó su fallecimiento si la inhalación de metano u otro gas o la falta de oxígeno. Además, 10 compañeros de Ramos y un sanitario tuvieron que ser atendidos por respirar metano al intentar socorrerle.

Ramos salió al exterior de la factoría con una carretilla elavadora y paró ante uno de los contenedores, según relató el responsable de ELA en la comarca Urola-Costa, Zigor Gazpio, a Efe. El joven bajó de la carretilla, trepó a la parte superior del depósito y se introdujo en él “a fin de despejar la boca de entrada y facilitar la posterior descarga. Transcurrido cierto tiempo se desvanece sobre la superficie de los residuos que ocupaban el suelo del contenedor”, recoge el informe de Osalan, que sigue investigando las causas de la muerte del operario junto a la Inspección de Trabajo.

Gazpio especificó que aunque en un principio se informó de que Ramos se introdujo en una cubeta de fermentación, el receptáculo recoge únicamente materia de desecho, como las masas, que aunque inservibles, siguen fermentando.

Los compañeros de Ramos despidieron al joven ayer en Zumaia. Unas 200 personas se concentraron frente a la factoría tras una pancarta en la que se podía leer en euskera No más accidentes de trabajo. La actividad de la panificadora se paralizó en señal de duelo y reanudó a las 22.00 después de la celebración del funeral de Ramos, que se ofició en la parroquia de San Pedro de la localidad. “La gente está muy afectada, muy triste, y sus amigos de la cuadrilla, destrozados”, añadió Gazpio.