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El monumento ‘Gernika’ en memoria de las víctimas no estará listo en 2012

El artista Alfredo Jaar presentará en septiembre “una señal” del proyecto

El artista Alfredo Jaar, ayer, en el palacio Euskalduna, en Bilbao.
El artista Alfredo Jaar, ayer, en el palacio Euskalduna, en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

El artista Alfredo Jaar (Santiago de Chile, 1956) recibió hace un año el encargo del Gobierno vasco de crear un monumento conmemorativo del 75º aniversario del bombardeo de Gernika, una obra que estaba previsto inaugurar el próximo mes de septiembre en un lugar no determinado de Urdaibai, dentro del programa 2012 Año de las Culturas por la Paz y la Libertad. Jaar asume que no podrá concretar para la fecha prevista más que “una señal” de lo que aspira a hacer. “El proyecto es de una complejidad que me supera”, reconoce el autor de La geometría de la conciencia (2010), la obra que recuerda en Santiago de Chile a las víctimas del régimen de Pinochet. “En cinco años estará listo para conmemorar los 80 años de lo que ocurrió en Gernika”.

Jaar, arquitecto de formación que se ha especializado en intervenciones artísticas públicas, asegura que el encargo del memorial Gernika le apasiona porque es una palabra “inscrita en la historia del mundo y en la historia del arte”, pero que requiere tiempo para trabajar. Ahora, dice, está todavía en la fase de investigación que ha comenzado con la lectura de libros como El Guernica de Picasso: el poder de la representación. Europa, Estados Unidos y América Latina, que ha editado la profesora argentina Andrea Giunta.

“No tengo la menor idea de lo que voy a hacer. Estoy empezando”

La obra recordará a las víctimas del bombardeo de Gernika y las del terrorismo de ETA. “La invitación fue a pensar Gernika en el contexto actual, en el fin de ETA”, explica. “El contexto lo es todo: no se puede ignorar lo que está ocurriendo alrededor nuestro”. Aún no conoce la situación en el País Vasco más que por la prensa; tampoco sabe donde se instalará la obra ni ha elegido el título, ni la forma que adoptará la obra. “No tengo la menor idea de lo que voy a hacer y no tengo miedo de decirlo. Estoy empezando”, dice con tranquilidad. “Yo trabajo con ideas, solamente en la última fase del proceso se materializa en una forma concreta, en algo visual”. En septiembre anuncia que presentará “algo modesto”, una muestra de las bases de su proyecto. Será una intervención pública dispersa por todo el País Vasco. “No será una cosa física precisa que ocurra en un solo lugar. Se trata de enviar un signo, casi espiritual, conceptual, de lo que puede ser el memorial”, detalla. “Voy a aprender, es parte de la estrategia: hacer cosas para ver como reacciona la gente. Necesito ayuda”.

Jaar piensa que al trabajar en un monumento de conmemoración del bombardeo de Gernika compite con la obra de arte más conocida del siglo XX, un icono de Picasso contra la guerra. “Me siento en la insólita situación de estar trabajando a la sombra del señor Picasso, una cosa muy difícil, explica. “Tu preguntas por Gernika en cualquier lugar y la gente dice “Picasso”. Tiene una presencia y una fuerza en la cultura mundial impresionante, se ha transformado en un equivalente al evento que ocurrió, al bombardeo. Estoy luchando contra el poder del arte, porque trato de hacer un memorial que explique lo que ocurrió en Gernika y su valor. Mi trabajo hablará de por qué Gernika es importante hoy, y por qué es el ejemplo de lo que no se debe repetir”.

“Me siento en la insólita situación de trabajar a la sombra del señor Picasso”
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La ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, le encargó que realizará La geometría de la conciencia, una instalación situada en el acceso al Museo de la Memoria. Recorrió medio mundo vistando memoriales en recuerdo a las víctimas de guerras y dictaduras. “Descubrí que la mayoría son criptas, lugares subterráneos donde enterramos las víctimas para deshacernos de ellas. Fue determinante para decidir lo que no quería hacer en Santiago”. Utilizó la luz y las siluetas de víctimas de Pinochet y ciudadanos contemporáneos. “Los muertos y los vivos deben estar juntos para entender el pasado, el presente y el futuro”, defiende.

Jaar intervendrá mañana en la última sesión del encuentro Ideas para cambiar el mundo, que desde ayer se celebra en Bilbao para defender el poder de la cultura. “Los memoriales han fallado, no han tenido ningún efecto para evitar los crímenes”, reflexiona. “Tenemos que inventar el último memorial, el que acabe con todas las guerras. ¿Cómo? No lo sé. Estoy en ese proceso”.

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