Bilbao hace frente a la crisis

La crisis no ha afectado a los carteles de la Feria de Bilbao. La Junta Administrativa ha buscado la fórmula para contratar a casi todas las figuras a pesar de contar con un presupuesto inferior al del pasado año. Se mantienen las ocho corridas y el festejo de rejones, una programación que, según el gerente Pablo Chopera, tiene un presupuesto totalmente autofinanciado por la gestión de los festejos taurinos, sin que cueste un duro al Ayuntamiento de Bilbao a pesar de los ingresos que revierten durante estos días en la capital vizcaína.

La fórmula que han encontrado para mantener unos carteles parejos a los del año pasado ha sido hacer doblar las actuaciones de los matadores. Hasta seis, Ponce y Talavante, triunfadores hace dos semanas, Manzanares, David Mora, Fandiño y Diego Urdiales harán el paseíllo en dos ocasiones con diferentes méritos, pero con el indudable añadido de cuadrar sus emolumentos en una oferta doble.

Por contra, el triunfador del pasado año, Morante de la Puebla, sólo actuará una tarde, al igual que El Juli, quien se perdió la cita de junio, la que iba a ser su segunda corrida. Con el francés Sebastián Castella no se ha llegado a un acuerdo económico, el mismo impedimento para que Diego Ventura figure en el cartel de rejones.

En el plano ganadero, al regreso de los juampedros y La Quinta se le une la repetición de seis hierros que dieron la talla el último agosto, aunque el aficionado bilbaíno echará de menos alguna divisa con vitola de torista que reivindique la historia de Vista Alegre.

La principal preocupación ha radicado en la crisis. Los propietarios de una localidad no verán incrementado el precio de sus localidades; para el resto del público, un 2% de subida con respecto a 2011. Eso sí, las entradas para martes, jueves y viernes serán más caras.

Para presentar la feria, este año se ha contado con una pintura del valenciano Antonio Nicolau, que ha realizado un óleo sobre aluminio. “Pretendo reflejar la soledad del torero antes del paseíllo, con el Guggenheim como fondo, edificio emblemático de este Bilbao que me ha fascinado como visitante”, aseguró el autor de la obra.