Cataluña acepta aplazar el pacto fiscal hasta después de la crisis

Poco a poco, el Gobierno catalán va adoptando medidas más posibilistas con relación al pacto fiscal. El ninguneo que está recibiendo del Ejecutivo de Mariano Rajoy, centrado exclusivamente en solucionar los problemas más acuciantes de la economía española, está obligando a replantear aspectos de fondo sobre la nueva financiación que pide la Generalitat. El Gobierno catalán parece haber abandonado ya definitivamente el término “concierto económico”, con el que convirtió el asunto en el pilar básico de la campaña electoral, y ahora está asumiendo las tesis de los sectores más moderados de CiU, representados por Josep Antoni Duran Lleida. En este sentido, el Gobierno catalán entiende que el pacto fiscal, en caso de lograrse, no se aplique hasta que pase la crisis económica, como dijo Duran el pasado fin de semana.

Hasta ahora la tesis dominante en CiU era que la crisis económica era precisamente lo que urgía a conseguir una nueva financiación más favorable a Cataluña. Ciertamente, el presidente Artur Mas había planteado la posibilidad de que el pacto se aplicara a plazos, pero ahora la balanza se inclina hacia las tesis de Duran, que ya no pone fecha alguna a la aplicación del pacto fiscal. Este lunes el portavoz del Gobierno catalán restó trascendencia a las palabras de Duran  (“no es nada nuevo”, aseguró), pero aceptó que el pacto fiscal no entre en vigor inmediatamente después de ser negociado. Admitió que “en un contexto de crisis económica las posibilidades son las que son”, si bien dejó claro que Mas no aplazará el debate del pacto fiscal por el hecho de que haya crisis. “Otra cosa es cómo esto, a efectos estrictamente económicos, se implementa", apuntó. Homs recalcó que lo esencial para el Gobierno catalán es asegurar que la Generalitat dispondrá de “la llave de la caja”. Otra cosa es cuándo.

Las palabras de Homs dieron fundamento a las sospechas de Esquerra Republicana, que por la mañana había pedido al Gobierno catalán que clarificara si las tesis de Duran tenían más relevancia que las de Mas. Desde que el democristiano entró en escena para acercar al PSC al consenso sobre el modelo económico, los republicanos vienen avisando de que el pacto fiscal acabará descafeinado.

El titubeo de la federación nacionalista con el nuevo modelo de financiación le hace caer en contradicciones

“La crisis que sufre nuestro país es doble: la sistémica, provocada por la burbuja económica, y la que surge del expolio”, ejemplificó la secretaria general de ERC, Marta Rovira, para responder a las tesis de Duran, luego asumidas por el Gobierno. Para los republicanos, no hay crisis que valga para justificar “el agravio” de Cataluña respecto al resto de España, cuya solución, a juicio de ERC y también de CiU, es el pacto fiscal.

El titubeo de la federación nacionalista con el nuevo modelo de financiación le hace caer en contradicciones. A cada tirón soberanista de CDC, Unió y Duran dan el contrapeso moderador. Por ello ERC exigió un discurso único, inequívoco, a CiU: “Hace falta que hablen como una sola voz, tanto cuando Mas va a Nueva York como cuando Duran desde Madrid habla con los corresponsales extranjeros”, apuntó Rovira. Los republicanos reclaman a CiU que respete, tal como está redactado, el modelo de pacto fiscal votado en la comisión de estudio del Parlament cerrada en octubre. CiU, ERC e ICV avalaron la propuesta, pero el Parlament debe ratificarla en el último pleno de julio.

Las maniobras de Duran y el esfuerzo del PSC para implantar su sello en el modelo inquietan a ERC: "Ya hay una mayoría de 85 diputados a favor de un modelo concreto de financiación. Si CiU piensa en el país, cogerán la llave... y la caja. A finales de julio sabremos si en el país manda el señor Mas o manda Duran", espetó Rovira.

La cúpula de ERC parece tener claro qué movimiento hacer si CiU antepone el pacto con el PSC a la pureza del modelo votado en el Parlament: los republicanos saldrán del consenso si se rebajan los términos en que se redactó la propuesta surgida de la comisión de estudio. ERC se ve a sí misma como garante de las esencias del pacto fiscal.