El plan de Confebask enciende la pelea entre Urkullu y los socialistas
El presidente peneuvista ve a López "cada vez más solo" Pastor tilda a la patronal de "recadero" del PNV
El plan contra la crisis que la patronal Confebask hizo público el jueves, basado en privatizaciones y más ventajas fiscales para las empresas, y la apuesta de su presidente, Miguel Ángel Lujua, por un inmediato “Gobierno fuerte”, que la polémica generada le forzó a matizar al día siguiente, han encendido la rivalidad entre PNV y PSE. Los argumentos de los empresarios dotaron ayer de munición dialéctica a dos primeros espadas de ambos partidos en otra jornada de unos fines de semana cada vez más preelectorales (al menos hasta agosto), pese a que el Ejecutivo repita una y otra vez que va a cumplir la legislatura.
Iñigo Urkullu, jefe de filas peneuvista y candidato a lehendakari, aprovechó su paso por el Araba Euskaraz, la fiesta de las ikastolas alavesas, celebrada en Labastida, para rechazar que Confebask haya pedido elecciones anticipadas “como han entendido el PSE y el lehendakari, Patxi López”. El problema, siguió, es que López y los socialistas se ven “cada vez más solos”, pues en poco más de un mes se han peleado con el PP, su hasta entonces socio, el Gobierno central, la oposición y los empresarios, lo que, a su entender, refleja “la soledad en la que está el PSE y el lehendakari”.
“Se podrá estar o no de acuerdo con las medidas de Confebask, pero no tachar de insolidario [como hizo López] a quien está preocupado por generar riqueza para crear empleo”, remató Urkullu.
“El recadero”
Le dio la réplica en Muskiz el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, en una reunión con cargos públicos e internos de la formación. Pastor, encargado ya el viernes de lanzar la primera y dura réplica a Confebask, que remataría el propio López horas después, tildó a la patronal de “recadero del PNV” pidiendo un Ejecutivo fuerte y planteando “unas medidas absolutamente impresentables”. Las medidas que Urkullu “no se atreve a decir”.
En las filas socialistas no se oculta la satisfacción estratégica porque el discurso de la cúpula empresarial refuerza su mensaje de izquierdas. Y permite, como ayer a Pastor, presentar a Urkullu apoyando que “se suban los impuestos a los trabajadores, se bajen a los empresarios, se expolie el patrimonio público y se privaticen servicios”.
Respuesta a un PNV que, a través de Urkullu y de su mayor referente institucional, José Luis Bilbao, han resucitado el argumento de cuestionar la solvencia económica del Gobierno.
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