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Tiempos de gloria y miseria

Juan Gómez-Jurado novela la lucha de un joven indomable en la Sevilla del siglo XVI

Juan Gómez-Jurado sostiene un ejemplar de su novela en Sevilla.
Juan Gómez-Jurado sostiene un ejemplar de su novela en Sevilla.J. ROJAS

Sevilla era a finales del siglo XVI una ciudad en la que se movían miles de personas luchando por un plato de comida. Puerto clave en el comercio con América, por Sevilla pasaba el oro y la plata destinados a mantener las guerras del Imperio español. Aristócratas e hidalgos, ladrones y pícaros, damas y esclavas, comerciantes y espadachines, prostitutas y mendigos, dibujaban un cuadro lleno de contrastes en el que la aventura, la corrupción y el crimen ocupaban un importante lugar. En ese entorno se mueve Sancho de Écija, un personaje que aprenderá a salir adelante con voluntad y energía.

Este es el escenario de la novela La leyenda del ladrón (Planeta), que acaba de publicar Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977). “El peso de Sevilla en la novela es fundamental no solo porque el 90% de la obra transcurre en esta ciudad, sino porque Sevilla es un personaje más. Es una Sevilla de gloria y, al mismo tiempo, de miseria. Dentro de sus murallas hay 150.000 almas luchando por sobrevivir”, señala Gómez-Jurado, que ha dedicado tres años a documentarse para escribir La leyenda del ladrón. La labor de escritura le llevó un año.

“Durante los años en los que he estado trabajando en esta novela me he encontrado con una Sevilla que tiene mucho que ver con nuestro tiempo, una Sevilla en la que hay una fractura entre los gobernantes y el pueblo llano, en la que son despilfarradas las ingentes cantidades de recursos que llegan al puerto del Arenal con la flota de Indias: cajas cargadas de especias, barriles repletos de monedas de oro, barras de plata... Malos gobernantes despilfarran esas riquezas en causas vanas de gloria personal como son los casos de la Armada Invencible y la guerra de Flandes”, relata Gómez-Jurado.

En medio de toda esta mezcla de brillo y podredumbre, de espejismos de grandeza y miserable realidad, se levanta la figura de Sancho, un joven indomable y luchador. “A pesar de que el destino le haya repartido casi las peores cartas que le podía dar, en vez de hundirse a cada golpe, Sancho se levanta por su voluntad de creer en la mejor versión de sí mismo. No está dispuesto a que los poderosos le digan qué debe hacer con su vida”, afirma el novelista.

Otro personaje fundamental de la novela es Clara, a la que el escritor define como “una mujer que está en constante lucha por su propia dignidad”. “La suya es una historia de superación personal. Es mujer y esclava, pero dentro de ella anidan unas capacidades que Nicolás de Monardes, un famoso médico sevillano, va a reconocer. Clara luchará por convertirse en médica a pesar de que la sociedad le diga que no puede hacerlo”, comenta el autor.

Habrá, además, dos personas que determinarán la vida de Sancho. Un tal Miguel de Cervantes, comisario de abastos del rey, le salvará de la peste siendo niño y lo llevará a un orfanato. Un vagabundo, actor y poeta inglés, cuyo nombre es Guillermo de Shakespeare, le contará historias que cambiarán su percepción del mundo. Gómez-Jurado plantea que los dos grandes escritores pudieran coincidir en Sevilla antes de escribir sus obras más célebres. La posibilidad de que se conociesen y de que una aventura común transformara sus vidas nutre parte de la novela. Personajes reales y ficticios ahorman así una obra llena de aventuras que culmina con un sorprendente final. Y al fondo se levanta una Sevilla, con sus luces y sombras, que se parece mucho a la España de principios del siglo XXI.

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