30.000 personas y todos los sindicatos y partidos exigen soluciones para Navantia
Los últimos buques se entregan en julio y el futuro de cien empresas auxiliares dependen de que la empresa pública consiga un gran contrato militar
“Nuestros hijos no se alimentan con anuncios y buenas intenciones”. Con este mensaje, unas 30.000 personas —según la Policía local—, se manifestaron ayer en la enésima protesta del naval ferrolano durante el último año y medio en el “peor momento de muchos muy malos”, como rememoraban en corrillo los operarios más veteranos.
Los sindicatos calcularon 20.000 asistentes, curiosamente por debajo de las cifras oficiales, y la marcha discurrió sin incidentes después de las tensas protestas de las últimas semanas que acabaron con cristales rotos y pequeñas fogatas en la puerta del Ayuntamiento ferrolano. La reivindicación de trabajo para Navantia concentró a todos los sindicatos y partidos con políticos y alcaldes de PP, PSOE, BNG, IU y Terra Galega junto a las centrales CC OO, CIG, UGT, USTG y CNT.
Los últimos buques se entregan en julio y el futuro de cien empresas auxiliares dependen de que la empresa pública consiga pronto un gran contrato militar que sirva de locomotora para la economía comarcal, con 17.000 empleos asociados según estimaciones del INE.
Los Comité de Empresa de Navantia Fene-Ferrol tienen claro que el contrato con la petrolera mexicana Pemex, apenas esbozado por la Xunta, “no es la solución” para una ría limitada por la UE a la construcción de buques de guerra y encomendaron al actor ferrolano, Javier Gutierrez, ponerle voz a sus exigencias: carga de trabajo inmediata, el fin del veto a Astano y la construcción de un dique flotante que el PP comprometió durante la campaña del 20-N pero que no ha firmado desde el Gobierno. Esta promesa “incumplida” le costó al PP los continuos reproches de los manifestantes que corearon consignas contra el Gobierno que manda en Moncloa y la Xunta y otros contra el rescate a la banca. “25.000 millones Para Bankia y nada Para Navantia”, rezaba un cartel.
“Nos esperan centenares de despidos después del verano y no nos vamos a resignar”, advirtió Ignacio Naveiras, portavoz del Comité. Asegura que la plantilla no está “pidiendo limosna” sino una inversión de 140 millones de inversión para financiar un dique que les permita reparar grandes buques “y que se amortiza solo”.
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