Motivos para andar por Hollywood

Con el proyecto de tesis de la Escuela de Cine, Amparo de Miguel (Valencia, 1986) consiguió ya ser la ganadora europea de la Kodak Film School Competition de 2009, gracias a la fotografía del corto Maneki Neko. Trabajó en videoclips, cortos, un par de largometrajes y en la serie Crematorio. “Con esta serie pasé tres meses entre Ciudad de la Luz y Madrid, trabajando con cables y conexiones, y me dí cuenta de que eso no era para mi”, explica. Le interesaba formarse fuera y “contar historias, operar la cámara e iluminar los proyectos” en los que trabaja y por eso se fue a los EE.UU, donde hizo un master en dirección de fotografía, con otros 12 meses de permiso de trabajo como recompensa. Dadas las oportunidades existentes, se plantea quedarse “una temporada más”. En Los Ángeles trabaja como operadora de cámara o directora de fotografía. Como tal, ha dirigido ya su primer largo, Chrysalis, con Eric Roberts (El caballero oscuro) en el reparto y tiene como mentor a Phedon Papamichael (Los idus de Marzo, Los descendientes). “Es uno de los directores de fotografía mas grandes en Hollywood y me esta ayudando a meter cabeza”. ha trabajado hasta hace dos días como seleccionadora en la Sección Oficial de Los Angeles Film Festival, tras haber sido elegida para el programa Project Involve por la asociación Film Independent, que promueve el festival. El objetivo de este programa es potenciar las carreras de jóvenes cineastas con talento; es la única española en 2012. En West Hollywood, donde vive, se relaciona con su “familia latina” de Los Ángeles: españoles, argentinos o uruguayos. Sobre todo, andaluces, que aterrizaron con la beca Talentia de la Junta de Andalucía. “¡Han logrado que Andalucia se conozca en el mundo con tanto joven becado!”, exclama. Monotema en sus reuniones es la artist visa, “una de las mejores opciones para quedarnos” tras el periodo estudiantil. ¿Valencianos? “Apenas”, aunque “me han hablado de un director de fotografía, Hermes, que va mucho a Haití”.

Efectivamente, Hermes Marco (Castellón, 1978) hace cinco o seis viajes al año a Jacmel (Haití), de dos a cuatro semanas cada uno, para dar clases de fotografía en el Cine Institute, la única escuela de cine del país. Empezó en 2009 y después del terremoto su “compromiso se hizo más fuerte” Ahora mismo es el director pedagógico de la escuela, “un proyecto de desarrollo económico cuyo efecto en la sociedad haitiana es increíble”. Pero Marco había llegado a Nueva York mucho antes, en 2005, “en pleno boom de lo que ahora”, critica, “se empeñan en hacernos creer que era la época de bonanza en España”, cuando amigos y amigas suyos “con carreras, idiomas y masters eran mileuristas y los alquileres o hipotecas llegaban a límites absurdos e inasequibles”. Pertenece a la quinta promoción de la ESCAC en Barcelona. “Gracias a exalumnos como J.A. Bayona, Eduard Grau, Oscar Faura, etcétera, los graduados son hoy muy bienvenidos a la industria, pero en aquel momento era muy complicado”. Vive en Los Ángeles desde 2009, donde aunque podría tener un trabajo estable, prefiere “trabajar por libre”, porque “esa libertad no tiene precio”.

Para Marco, EEUU es prueba de

Desde Eclipse, que dirigió en Singapur en 2001, tiene en su haber varios premios en festivales de cortos, la mayoría como director de fotografía. Pero el año pasado rodó ya dos largometrajes en Estados Unidos, uno dentro de la comunidad mexicana del este de Los Ángeles y otro en el universo de los pequeños granjeros de Kentucky y su supervivencia frente a las grandes corporaciones. Este verano rodará The toastmaster en Glendale, la comunidad armenia en Los Angeles. Dada la situación en España, los últimos meses ha detectado un éxodo de españoles: “Recibo dos o tres emails al mes de colegas españoles que me preguntan si hay posibilidades de trabajo por aquí”. Ve la situación española como “un desastre absoluto”, donde “la cultura se considera una pérdida de tiempo y dinero, en lugar de la mayor fuente de riqueza” de un país. “Si la gente compra productos norteamericanos es porque nos los han vendido a través de su cultura”.

Ahora, Hermes Marco escribe el que será su primer largo de ficción como director, Prince Zero, a rodar en Haití y Los Angeles en 2013. Escribe junto a otro valenciano que vive en Los Angeles, Guillermo Escalona. Formado en la escuela de guiones valenciana de la UIMP y San Antonio de los Baños de Cuba, Escalona (Sagunto, 1971) obtuvo en 2003 el premio a la mejor dirección en la Mostra del Mediterrani por The other shoe. Su segundo largo, De espaldas al mar, abrió en 2009 Cinema Jove, pero le dejó tocado económicamente. Lleva tres años en Los Ángeles, “haciendo mucha producción y escribiendo”. Al principio llegó con un guión para una serie televisiva bajo el brazo: “Lo de venirse aquí a buscarse la vida como hice yo es una locura”, dice aunque tuvo suerte con la tarjeta de residencia. “Fue duro, aquí la televisión está copada por los mejores escritores del mundo”. Ahora es jefe de producción en Migrante, empresa nueva desde la que hace un reality para la Fox y también las campañas para un nuevo canal hispano, Mundo Fox, “que será el primer canal en abierto en mucho tiempo”. Ha abierto varias empresas estos años: “Aconsejo abrir una por proyecto”. Suele producir para el director Leonardo Ricagni. “Estamos metiéndonos fuerte en el mercado latino”. A largo plazo, más que cine su objetivo es “hacer alguna serie televisiva de calidad”.

"Las series están

Menciona a Ana Criado, otra valenciana expulsada por la crisis y recién llegada a Los Angeles fichada como directora artística por Prologue, que es la empresa de Kyle Cooper, el rey de las secuencias de créditos. “Lograr el visado no ha sido nada fácil. Deberian saberlo los que se propongan venir a buscarse la vida”, algo que desaconseja.

“Hoy en dia es más inteligente hacerlo a distancia y venir solo con una oferta firme”, sugiere esta diseñadora gráfica. Escalona considera que la vía del estudiante y entrando como Amparo de Miguel en un programa de talentos, es “también interesante”.