“Vaya usted a Cáritas”
La entidad diocesana de Valencia rechaza las reformas sociales y sanitarias El obispo auxiliar alerta sobre el incremento de las personas bajo el umbral de pobreza
El desmantelamiento del Estado de bienestar es ya un hecho y sus consecuencias tienen rostro. Las reformas sociales y sanitarias puestas en marcha por el Gobierno están agravando la situación de las personas más pobres. “La paralización de la Ley de la Dependencia, en un país donde hay 275.000 personas esperando las ayudas; la modificación de la asistencia sanitaria pública, que va a afectar a las personas en situación de más vulnerabilidad, y los cambios introducidos el 20 de febrero respecto de la renta garantizada de ciudadanía, que elimina la retroactividad en las ayudas, afectarán significativamente a las personas en situación de más vulnerabilidad”, según han advertido este jueves el obispo auxiliar de la Archidiócesis de Valencia, Enrique Benavent, la directora de Cáritas Diocesana de Valencia, María Concepción Guillén y la secretaria general de la entidad, Fani Raga, que en 2011 tuvo que atender a casi 100.000 personas ante los recortes presupuestarios de los servicios sociales públicos.
Caritas Diocesana de Valencia, que agrupa a 398 redes asociadas a parroquias, atendió a lo largo del año pasado a 92.852 personas en situación de exclusión social, lo que supone un 23% más que en 2010. De la cifra total, el 39% de atendidos “no habían acudido a las puertas de Cáritas antes”. "Para nosotros, no son cifras, son rostros", ha precisado la secretaria general.
El 39% del total de
La frase más común ente las personas que buscan ayudas sociales en Valencia es el: “Vaya usted a Cáritas”, confirma Raga. Esto se debe, en parte, al recorte presupuestario del 78% en ayudas a la Cooperación al Desarrollo de por la Generalitat Valenciana, que ha hecho que el año pasado el trabajo de ayuda de Cáritas se viera prácticamente desbordado por este incremento de más de 20.000 personas más que acudido en busca de ayudas a la “atención primaria”.
La entidad ha destinado en 2011 un total de 4.112.815 euros procedentes de donativos y subvenciones tanto en atención directa en las parroquias como en la ofrecida desde la sede central de Cáritas Diocesana. La ayuda más demandada, en primer lugar, fue la alimentación (el 57% de recursos se han destinado a este capítulo), seguido de las ayudas a la vivienda (el 25%) y otro tipos de ayudas para libros o comedores escolares (en un 14%). El 4% restante se destinó a la compra de medicinas y farmacia.
Según la Memoria Anual de 2011 presentada en Valencia, “las situaciones de precariedad se ha agravado” entre el año pasado y el actual. “La pobreza cada vez es más crónica, más extensa y más intensa”, constata la secretaria de Cáritas en Valencia. “Más crónica porque la pobreza no es pasajera. Sino que son personas que llevan varios años viviendo por debajo del umbral de la pobreza”, concede Fani Raga.
Frente a este empobrecimiento de la sociedad y el “descenso de los niveles de renta”, Caritas denuncia “la debilidad y el desmantelamiento del sistema público de servicios sociales”, lo que hace que “haya un aumento progresivo del número de personas que acuden a los servicios de Cáritas”.
"Cáritas nunca podrá sustituir
Entre el catálogo de “denuncias y propuestas”, Cáritas Diocesana de Valencia recuerda que “Cáritas nunca podrá sustituir la función de la Administración Pública ni asumir los déficits que esta genere”, por tanto reclama “una financiación pública de los sistemas sociales” y sale en “defensa del cuarto pilar del Estado de bienestar”.
Lejos de mejorar la asistencia pública, la situación “empeora” en lo que va de 2012. Y "nada parece indicar que se vaya a recuperar en un tiempo breve", sostienen los responsables de Cáritas en Valencia, que advierten además de que: "El país se podrá recuperar, pero los daños a los colectivos más vulnerables, serán más difíciles de reparar".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.