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14 artistas exploran en Vigo interpretaciones sobre la lectura

Las obras requieren de la presencia activa del espectador, convertido en lector de un libro tridimensional

Más allá de la disyuntiva entre el papel y los soportes digitales que inquietan a la industria editorial, la lectura, en tanto que realidad que acompaña nuestra cotidianeidad y constituye un pilar esencial de la comunicación, está en proceso de cambio. Y los artistas, a quienes nada humano es ajeno, hallan en esas transformaciones el relato del cambio en el mundo contemporáneo así como interpelaciones inéditas, nacidas en los nuevos cruces de caminos provocados por la era digital. La comisaria de arte alemana Anja Isabel Schneider (Reutlingen, 1976) ha reunido propuestas de 14 artistas internacionales de algún modo relacionadas con el acto de leer y que requieren de la presencia activa del espectador, convertido en lector de un libro tridimensional que se expande, interrumpe y aparece inesperadamente en las salas del Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco) hasta el 14 de octubre.

 “La evidencia es que el concepto de lectura está evolucionando hacia procesos breves, de palabras y frases cortas, y fragmentarios, al hilo de lo que nos permite hacer la tecnología y de cómo estamos distribuyendo nuestro tiempo para leer”, explica Schneider, quien ha titulado Formas breves, outras, 25 este proyecto expositivo, ganador del IV Premio para Jóvenes Comisarios convocado por la institución cultural viguesa y el Fonds Régional d´Art Contemporain de Lorraine, en la ciudad francesa de Metz, centro en donde se exhibió entre enero y abril de este año. Las piezas abordan, en términos generales, recorridos intelectuales que parten desde la experimentación, la experiencia y la estructura.

Así, el uruguayo Alejandro Cesarco evoca en la videoinstalación The two stories (2009) la lectura pública de un relato del escritor de Montevideo Felisberto Hernández, cuya obra con gran componente metaliterario inspira el trabajo de la comisaria, a través de las circunstancias del narrador y de la recepción por parte del público, prescindiendo por completo del texto leído. Al revés, la interminable lista de palabras inventadas del argentino Fabio Kacero, Nemebiax (2003) espera la llegada del lector que la dote de sentido; mientras que en L'image (2008) la francesa Claire Morel despoja de letras la obra homónima (1950) de Samuel Beckett y añade al libro los signos de puntuación que el autor irlandés obvió deliberadamente.

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