Arranca el plan de reorganización de los autocares en la Sagrada Familia
Normalidad en el inicio de la puesta en marcha del dispositivo para alejar los buses turísticos
Para llegar en autocar turístico al templo de la Sagrada Familia en Barcelona hay que caminar. Este martes el Ayuntamiento de la capital catalana ha puesto en marcha un dispositivo cuyo fin es alejar del barrio este tipo de vehículos, atendiendo una demanda vecinal histórica que rechaza el sector turístico. Los autobuses tienen que dejar y recoger a los turistas en los puntos designados de la plaza de la Hispanitat y la de Pablo Neruda con la Diagonal. La única excepción son los grupos escolares y las personas con movilidad reducida que hayan comprado anticipadamente la entrada a la basílica. El Bus Turístic del Ayuntamiento no ha modificado su paradas.
En la mañana de este primer día de aplicación de la mediada ha predominado la normalidad, aunque la novedad ha cogido poco habituados a los guías. José Luís Cabello, con 20 años de experiencia, conducía esta mañana un grupo de rusos a visitar el templo de Gaudí mientras se lamentaba: "Esto va a acabar con el turismo en la Sagrada Familia. Así es casi imposible llevar a un grupo grande de gente caminando desde la avenida de la Diagonal hasta el templo", se lamentaba y aseguraba que los cambios han ocasionado que se se cancelara la visita de varios grupos.
Gerard Ardanuy, concejal del distrito del Eixample por CiU, asegura que las medidas adoptadas para que los autocares no aparquen frente al templo irán mejorando y adaptándose sobre la marcha. "Al final todos saldrán ganando", ha señalado. Una vecina del barrio, Conchita, decía al respeto que prefería ver a los turistas caminando dirigiéndose a la Sagrada Familia a que llegaran a las puestas del templo en autocar.
La decisión no ha gustado al sector turístico, que ha pedido al Ayuntamento de Barcelona permitir que los autocares puedan acceder a pie de basílica, pero que estén vetados los que no llevan consigo guías oficiales o turistas con la entrada comprada de antemano, que representan el 55-60%. El sector, organizado a través de la Plataforma por la Movilidad de autocares de Barcelona, que agrupa a agencias de viajes, autocares, guías turísticos y operadores de cruceros, ha reclamado una prórroga, argumentando que tendrán pérdidas millonarias, de empleos y visitantes.
El PP apoya al sector y pide flexibilizar el veto, que augura que generará pérdidas millonarias para el sector y la ciudad. Así, ha propuesto permitir que los autocares procedentes de cruceros y de turistas con poco tiempo para visitar la ciudad puedan aparcar al lado de la basílica, y prohibir a los que dispongan de más tiempo. El Ayuntamiento comunicó la decisión en noviembre de 2011, dos meses después de que un autocar hiriera a tres personas de gravedad tras desfrenarse en la confluencia de las calles Mallorca y Marina.
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