“Está en juego el acceso de los ciudadanos a la Justicia”

En un marco de crisis y recortes sociales, los abogados cumplen un papel determinante en la defensa de los derechos de los ciudadanos. “La batalla es ahora”, asegura Javier Diago, recién reelegido secretario general de una federación europea que aglutina a más de 800.000 letrados.

Pregunta. Suena un poco duro lo de batalla.

Respuesta. Estamos inmersos en un combate contra los poderes externos que están tratando de minar nuestra independencia y los derechos de los ciudadanos, sobre todo en su relación con la Justicia. Es un momento decisivo, con aspectos fundamentales en juego, aunque quizá no se perciban en primera instancia.

P. Pues casi suena peor así. ¿A qué aspectos se refiere?

R. Está en juego el propio acceso a la Justicia, al que se le están tratando de poner trabas como la restauración de las tasas judiciales, la reducción del límite de acceso a la justicia gratuita o el impulso de procedimientos en los que no resulta obligatoria la presencia de un abogado. Son requisitos que otorgan preferencia a quien puede costearse los servicios.

P. ¿Son generalizadas esas trabas en todo el continente o solo en algunos países?

R. En algunos casos llegan incluso a convertirse en impedimentos. En Bielorrusia y Turquía, por ejemplo, se dificulta que algunos abogados puedan defender de una manera adecuada a sus clientes, impidiendo que asistan a las propias vistas o con presiones de distinta índole que. Son casos en los que el derecho a la defensa se ve vulnerado.

P. ¿Qué función cumple la Federación de Colegios de Abogados de Europa?

R. Luchar contra esas injerencias externas que pretenden reducir nuestra independencia. Formalmente, somos un órgano consultivo oficial del Consejo de Europa. Además, tenemos la función de representación de los distintos colegios o consejos nacionales, que muchas veces se dirigen a nosotros como su última esperanza.

P. ¿Y a nivel orgánico? ¿De qué sirve a los distintos colegios integrarse en la federación?

R. Somos su única organización a nivel europeo y, además de facilitar el contacto entre abogados, impulsamos las cuestiones que les son propias, como la deontología profesional y la formación. Son cuestiones que, de no existir los colegios, quedarían en manos de los grandes despachos, donde la independencia brilla por su ausencia.

P. ¿Qué labor desempeña el secretario general?

R. Es una tarea más orgánica que de representación. Esta última compete más al presidente. Los mandatos son de dos años y solo se puede salir reelegido en dos ocasiones.

P. A los que va a llegar usted tras su segunda reelección. ¿Es el reconocimiento al papel del Colegio de Abogados de Bizkaia en la federación europea?

R. No soy el único cargo. El abogado Antonio Perdices, de Portugalete, preside desde el pasado año la Comisión de Acceso a la Justicia, que con la crisis económica, se ha convertido en una de las referencias.

P. Más a mi favor.

R. Nuestro colegio cumple un papel importante en varios sentidos. Estamos en la federación desde su nacimiento, en 1992, y cinco años más tarde llegamos a un acuerdo, vigente todavía hoy, para impulsar todo lo relacionado con la formación, que es fundamental para un abogado.

P. ¿De qué modo?

R. Como federación, celebramos dos congresos anuales. En primavera y octubre. Un día antes de esta segunda cita organizamos una jornada formativa que cada año trata sobre las cuestiones de actualidad en ese momento. La selección del tema y de los subtemas, así como la búsqueda de los ponentes, las lleva a cabo el Colegio de Abogados de Bizkaia.