El 40% de las mujeres vascas mayores de 75 años viven solas, según Emakunde
Emakunde destaca que la mayoría de jubiladas vascas conserva su autonomía y aspira a mantenerse individual y socialmente activas
Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer, presentó ayer un capítulo más en la línea de investigación que inició en 2009 sobre los procesos de empoderamiento en las prácticas cotidianas de las mujeres vascas. Si entonces les tocó a las adolescentes, ayer fue el turno de las mayores de 65 años. El informe, basado en 600 entrevistas, arroja resultados optimistas: la gran mayoría de encuestadas presenta un “elevado grado de autonomía” y aspiran a mantenerse “individual y socialmente activas”.
El estudio, presentado por la directora de Emakunde, María Silvestre, junto al sociólogo autor del texto, Marce Masa, coincide con el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad entre generaciones y se centra más en la dimensión individual, encontrando un panorama muy heterogéneo entre nuestras abuelas. Así, el informe valoró los cambios en la vida de las mujeres tras cruzar la línea de los 65 años. La pérdida de autonomía supone uno de los temores fundamentales de la experiencia de envejecer, y se refleja en la tendencia a residir de manera independiente.
El 40% de las mujeres mayores de 75 años viven solas, un porcentaje que se reduce al 21,1% en la franja entre 65 y 74 años. Pero aunque vivan en pareja, nueve de cada 10 afirma ser la gestora de los gastos de la unidad familiar, un rol que esta generación de mujeres se resiste a delegar.
Otra de las conclusiones del estudio es que las mayores de 65 años “han contribuido más a la consolidación del proceso de empoderamiento en otras generaciones que en la suya propia”. A la hora de hacer una comparación intergeneracional, las encuestadas reconocen que los más jóvenes cuentan con mayor autonomía integral y consideran “clave” la presencia en el escenario laboral para alcanzar y mantener esa independencia.
La mayoría de las encuestadas afirma disponer de más tiempo propio, si bien no se trata de “tiempo conquistado”, según Emakunde, sino de “tiempo liberado” por la desaparición, en ese ciclo de la vida, de obligaciones de índole laboral o familiar. Con ese ocio redescubierto, una de cada cuatro se anima a comenzar una actividad nueva, otro indicativo de la voluntad de mantenerse activas pese a su nueva condición de “persona mayor”.
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