Un llamamiento al optimismo

Versos de Dámaso Alonso, prosa de Eduardo Galeano y una encendida llamada al optimismo a través de los libros de Toti Martínez de Lezea inauguraron ayer en el Paseo del Arenal la 42ª Feria del Libro de Bilbao, con más de medio centenar de participantes entre librerías, editoriales e instituciones. Galeano, premio de la crítica de la feria, acudió al Arenal, pero salió de viaje hacia San Sebastián antes de pronunciar el anunciado pregón inaugural. Fue Kirmen Uribe quien cubrió la ausencia del escritor uruguayo con la lectura de un fragmento de su último libro, Los hijos de los días.

Una soleada mañana de primavera, la mejor compañía para la feria, lució el acto inaugural ante un escaso público. Falló Galeano a su cuarta cita pública de la semana en la capital vizcaína, tras una charla sobre fútbol organizada por la Fundación Athletic, la recogida del citado premio y una cita con sus lectores en el Teatro Campos. Tampoco hubo representación del Ayuntamiento. Alcalde y concejales asistían a la misma hora al pleno municipal. Así que la apertura oficial de la muestra, con seis expositores más que el año pasado, quedó en manos de los escritores.

En Los hijos de los días, Galeano escribió un relato para cada una de las jornadas del año. Al azar, Uribe eligió el correspondiente al 10 de enero, que termina con la frase “falta menos”. Esas dos palabras finales dieron pie al autor de Bilbao-New York-Bilbao, Premio Nacional de Literatura en 2009, para considerar que “falta menos para conseguir una sociedad más justa”.

Una exposición paralela reúne las publicaciones del Renacimiento vasco

Martínez de Lezea hizo una vehemente llamada al “optimismo y la alegría” y a disfrutar de la fería y la lectura de libros. A contracorriente del catastrofismo dominante, la autora invitó a disfrutar de la primavera y a luchar. La prueba de que merece la pena ser optimista es estar “un año más hablando de libros”, sostuvo. “Ni siquiera hace falta comprar. Lo que nos hace falta es estar contento de tener libros y leerlos”, añadió.

La feria, abierta hasta el próximo 10 de junio, cuenta además con una exposición paralela dedicada al movimiento del Renacimiento vasco. Euskal Pizkundea reúne fondos cedidos por Euskaltzaindia, fundamentalmente volúmenes editados en los años treinta por el grupo Euskaltzaleak, junto a documentos y fotografías de autores procedentes de los archivos de la Fundación Sabino Arana.

“El Renacimiento vasco fue parte de un fenómeno europeo que vivió la potenciación de las culturas más pequeñas”, explica el director de la biblioteca de Euskaltzaindia, Pruden Gartzia.

En las primeras vitrinas que presenta la exposición se muestran las obras editadas por José María Aguirre, Lizardi; Esteban Urkiaga, Lauaxeta, y Nicolás Ormaetxea, Orixe, a los que se sumó José de Ariztimuño, Aitzol, a partir de la fundación de Euskaltzaleak en 1929.

La muestra revisa el movimiento con un criterio más amplio, que comienza con la abolición foral en 1876 y finaliza con la guerra civil.