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Aislados por una montaña de arena

La duna de Valdevaqueros cierra el paso a sus viviendas a 40 familias cuando sopla viento fuerte

La duna de Valdevaqueros invade la carretera a Punta Paloma.
La duna de Valdevaqueros invade la carretera a Punta Paloma.A. CARRASCO

La duna de Valdevaqueros, en el término municipal de Tarifa (Cádiz), parece tener vida propia y avanza hacia la zona de Punta Paloma desde hace años, provocando graves problemas a los vecinos, que reclaman soluciones para no quedar aislados cada vez que sopla con cierta virulencia el viento de levante.

En este paradisíaco enclave residen unas 40 familias que, cada vez con más frecuencia, ven cómo gran cantidad de arena inunda la carretera de acceso sus viviendas. Una franja de costa donde, además, la población se multiplica cuando llega el buen tiempo.

El último episodio de cierre de la carretera a Punta Paloma se produjo a principios de esta misma semana. La arena volvió a cubrir la vía y el tránsito se hizo imposible. El pasado 17 de febrero la Demarcación de Costas, las consejerías de Obras Públicas y Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Tarifa se reunieron para abordar el problema. El Ayuntamiento se comprometió a retirar arena hasta una distancia de 26 metros desde la carretera. Tres meses después, la carretera sigue inundada por la arena, provocando el bloqueo de los vecinos, que en muchos casos no pueden llevar a sus hijos al colegio, llegan tarde al trabajo o ven cómo sus vehículos sufren daños en el motor al entrar arena por el tubo de escape.

Los vecinos reclaman que se reponga el vallado para frenar el viento de levante

Según el alcalde, Juan Andrés Gil García, del PP, “el problema está en que la Consejería de Medio Ambiente no permite llevar a cabo la solución propuesta por el Ayuntamiento”, que no es otra que, “permitir que una empresa privada retire la arena a condición de que pueda hacer con ella lo que quiera”. A los vecinos de Punta Paloma esta oferta les pareció arriesgada e innecesaria: “El alcalde se hizo cargo de una responsabilidad que corresponde teóricamente a Costas, que ahora no hará nada, porque el alcalde se iba a ocupar de resolver el problema”, sostiene José Zendrera, geólogo y vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Paloma Baja.

Los afectados lo tienen claro: “la solución al problema pasa por volver a fijar la duna como lo estuvo durante 60 años”, afirma Francisca Beneroso, una de las afectadas, quien relata cómo el sistema de empalizadas de cañas que utilizaba el personal del extinto Instituto de Conservación de la Naturaleza (Icona), impedía que la duna avanzase. Además del aislamiento de los vecinos, la arena ha provocado ya la pérdida de cientos de pinos piñoneros.

La duna de Valdevaqueros se empezó a formar artificialmente en 1938. En esa época no existía el pinar litoral y toda la ladera Sur de San Bartolomé, desde la ensenada de Valdevaqueros hasta Paloma Alta, se extendía por la costa hasta el principio de la ensenada de Bolonia. Se trataba de un campo de dunas móviles de 400 hectáreas, por el que la arena se movía a sus anchas. No había ninguna duna grande comparable a la actual sino una sucesión de dunas móviles de pequeño y mediano tamaño.

Para formar la duna y mantenerla fija se irguió un un vallado de cañas, de unos 900 metros de largo y unos tres de altura, que era repuesto en lo alto de la cresta que se iba formando cada vez que quedaba enterrado bajo la arena. La valla se utilizaba para frenar la velocidad del viento y con ello su capacidad de transportar arena. Esa es la solución que siguen reclamando los vecinos, después de que, como asegurase Francisca Beneroso, “se haya invertido mucho dinero y tiempo, para no conseguir nada”.

Tras quitarse la valla, en la primavera del 2003, la duna sepultó la línea telefónica que va de Los Algarbes a Paloma Baja. En junio de 2004, la arena alcanzó por primera vez, la carretera A-2325 de acceso a Punta Paloma, sepultándola parcialmente. A partir de esa fecha se han sucedido las campañas de retirada de arena con medios mecánicos para impedir el colapso de la vía, pero, la solución ha sido provisional y poco duradera.

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