“La escuela ha dejado de ser laica”

El Stanbrook, un carguero carbornero pequeño de 1.380 toneladas, construido en 1937 por la República española con el apoyo del Partido Comunista francés partió desde del puerto de Alicante hacia Orán en marzo de 1939 con 2.600 refugiados políticos. Ese mismo año, mientras los excombatientes republicanos dejaban España tras la victoria de Franco, una circular de la Inspección Provincial de Primera Enseñanza de Alicante, firmada por el jefe provincial Pedro Izquierdo, ordenaba a los “maestros nacionales” que la “Religión y la Historia Sagrada sean obligatorias y formen parte de la labor escolar”. “La Escuela Nacional ha dejado de ser laica”, remataba el inspector.

Ambos pasajes ilustran parte del material pedagógico elaborado por cuatro catedráticos de Alicante para la nueva materia Represión y franquismo, nacida al amparo de la Ley de Memoria Histórica. Las unidades didácticas han sido elaboradas por José Antonio Fernández Cabello, Ramón Galdrán González, Remedios Izquierdo Fernández y Teresa Sanz Cantalapiedra para ser incluidos entre los materiales a usar por los alumnos de 4º de ESO y Bachillerato, dentro del trabajo monográfico de Historia, que pretende analizar si la llamada “paz de Franco” fue real, o no.

Las más de 1.000 unidades disponibles han sido editadas por la Fundació Institut d’Estudis Polítics, que dirige la exdiputada de Esquerra Unida Glòria Marcos, con el patrocinio del Ministerio de la Presidencia del Gobierno.

Los cinco cuadernillos y el CD, que se presentan el miércoles 16 en el Centre Cultural Octubre (CCO) de Valencia, profundizan en los aspectos legales y económicos de la represión y ahondan en capítulos como el del exilio valenciano, otros de mucha actualidad como el de los “niños robados” y precisan las causas que llevaron al fusilamiento a personajes tan notables como el director de la Escuela Normal de Magisterio, Eliseo Gómez Serrano, o el rector Peset Aleixandre, que había tratado sin éxito de embarcarse en el puerto de Alicante hacia el exilio.

La prueba incriminatoria del rector Peset, que fue determinante para su condena a muerte tras peregrinar por campos de concentración y cárceles, fue precisamente su discurso libertario pronunciado en la Universitat de València en 1937.