El automóvil pierde 6.000 empleos en Vigo con la crisis

El sector del automóvil, uno de los que teóricamente mejor resiste en Galicia, también deja un rastro de despidos. Las conclusiones de un informe de UGT publicado ayer estiman que a finales de 2008 se mantenían unas 100 empresas auxiliares en los polígonos de Vigo y O Porriño. Estas empresas, en su mayoría suministradoras de PSA, empleaban a 25.000 trabajadores en sectores como el metal, la industria química, el textil (fundas de asientos) o el transporte.

“La situación actual del sector está siendo complicada, ya que descendieron considerablemente la venta de vehículos y el parque automovilístico no se está renovando”, analiza el sindicato, que cifra en 6.000 los puestos que se han perdido, la mayoría en la contratación eventual. “A pesar de esta perdida de puestos de trabajo, las empresas tuvieron que adoptar otras medidas como expedientes de regulación de empleo y reducciones de jornada”. En dos años se ejecutaron temporales que enviaron a casa a 10.000 trabajadores.

Ventas de 2002

La facturación en el sector, que en 2007 se cifraba en 9.300 millones, ha caído a niveles de 2002, unos 7.000 millones. “Para la economía de nuestra comunidad autónoma este descenso es un varapalo muy importante, puesto que el automóvil supone el 12% del PIB y el 26% del total de la exportación”, señala UGT.

Las previsiones no son nada alentadoras. El mercado continúa cayendo en picado. Las ventas de coches en España están a niveles de 1993, y según los últimos datos, publicados ayer por la Asociación de Fabricantes Anfac, las matriculaciones de turismos se han desplomado hasta abril un 30%, porcentaje que incluso es un poco más elevado en el caso de las furgonetas. “La coyuntura económica europea y preferentemente en países como Italia, Francia, Alemania y Reino Unido tampoco ayuda a la recuperación del sector”, analiza la central. Estos mercados aportan el 92% de la facturación de las firmas gallegas.

La solución que reclaman los sindicatos está en los incentivos públicos a la compra. A más largo plazo apuestan por una verdadera política industrial que estimule la I+D y potencie la formación. Las plantillas, a cambio, se comprometen a buscar más fórmulas de flexibilidad para afrontar las pronunciadas caídas de producción que vive el sector.