Cuatro por cinco
Caiga quien caiga, toca meternos en cintura. Como si todo lo que se hizo durante estos años fuera un disparate
Caiga quien caiga, toca meternos en cintura. Como si todo lo que se hizo durante estos años fuera un disparate. Las ciudades y los países que heredamos del franquismo eran tristes y de pandereta. La democracia dio aires de novedad y de futuro a un país muerto.
Frenesí inmobiliario. Al final nos pasamos. Unos más, los neocon-pillos, con pingües beneficios, y otros menos, los hipotecados. Algunos escribimos repetidas veces lo que iba a ocurrir, pero ir de Casandra no le interesa ni a uno mismo.
Solo queda rezar, incluso los ateos. En estos momentos los políticos más sensatos de cualquier ideología quieren que gane Hollande, no tanto por socialista como porque prioriza el crecimiento e introducirá un tiempo prudencial para llevar a cabo los ajustes.
Regalo para Merkel Si pudiera, le enviaría El Archipiélago de Hölderlin. Acabo de releer sus hexámetros y pensé en ella. Por muchos desmanes que hayan cometido los griegos, lo que se está haciendo con ese país es una barbaridad histórica.
Demasiados millones de parados. Pero ¿cuántos millones de atemorizados, alarmados, asustados, acongojados? ¿Qué es peor?
¿Y si Rajoy se equivoca? Deseo que acierte. Si dentro de un año nos damos cuenta de que este atropello de reformas y recortes que no da tiempo a asimilar no ha funcionado, ¿qué haremos? ¿A qué esperan los políticos para ponerse ahora de acuerdo?
Páginas salmón. Aconsejo leerlas en diagonal, sin profundizar mucho. Sus columnistas lo justifican todo y cambian de tercio que da gusto. Antón Costas me parece de lo más sensato.
Palabras anónimas. Han descubierto el truco, agitan palabras como fantasmas que no se sabe dónde están y que solo valen para atemorizarnos: mercados, prima de riesgo, reguladores...
Todos trabajamos para Madrid. Su fuerza centrípeta es irresistible y de eso se beneficia. La presidenta Aguirre no tiene rubor en decir que ha fracasado el estado autonómico, porque así todo volvería a la capital. Madrid se sale. Y los demás ¿qué?
Google Galicia. Ahora que estamos en una glaciación demográfica e inmobiliaria, recomiendo a la Xunta que se fotografíe Galicia desde un satélite para que todos podamos decir que hasta aquí hemos llegado y que a partir de ahora haremos de otra manera la construcción territorial del país.
Paisajes rotos. Galicia no está destrozada, sigue habiendo belleza por todas partes. Si de forma reiterada se han ocupado las periferias con paisajes nuevos y anacrónicos, debemos mirarlos con atención social, sin horrorizarnos. El horror paraliza. En términos urbanísticos y económicos es difícil justificarlo, pero paisajísticamente aún puede tener solución.
Legalizar. En vez de volver a modificar la ley del suelo para regularizar las obras clandestinas e ilegales, mejor sería que, cuestiones jurídicas aparte, se obligara a efectuar actuaciones paisajísticas para corregir las infracciones menores.
Arquitectos de brazos caídos. Hay que impedirlo, sobre todo para los jóvenes. Con un poco de imaginación y voluntad, se pueden impulsar líneas de trabajo teórico y práctico en torno al patrimonio, el territorio, la naturaleza, el mantenimiento. Me interesan las nuevas propuestas de Peridis.
Eurovegas es una vergüenza,lo peor del capitalismo. En esos falansterios de noche se transgrede legalmente toda norma de convivencia. Qué pensará Pujol al ver cómo las nuevas hornadas de CiU se pelean por conseguir que se instale en Barcelona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.