Unión general de precarios
Juventud Sin Futuro y el 15-M ponen en marcha una iniciativa para combatir el empleo irregular El proyecto está inspirado en la lucha antidesahucios
A poco que piense, a Rita le sale una lista larga de empleos precarios en sus propias carnes: azafata, profesora de refuerzo de italiano, dependienta, camarera de catering a cinco euros la hora… Estudia Ciencias Políticas y vive con sus padres. Pide que no figure su apellido. Tiene 24 años. Coge el micrófono con un 15-M pintado en negro sobre la espuma amarilla. Y empieza a contar al centenar de personas que la escuchan en la plaza del Dos de Mayo, en el barrio de Malasaña. Entre el público, parados, currantes, abuelos, padres e hijos. Gente que ha desembocado en la cita directamente de la manifestación del Primero de Mayo y otros que no la pisaron porque no se sienten representados. Y ella, sentada en las escaleras, lanza la idea que el grupo lleva madurando durante meses: la oficina precaria.
La oficina, con sede en la calle Pez, ofrece asesoría legal gratuita
Hace ya un rato que ha escampado. “Una de las herramientas de los poderosos es el miedo”, explica la chica. Y contra el miedo, añade, la denuncia. “Queremos visibilizar los lugares de conflicto laboral”. La propuesta imita la idea del colectivo Stop Desahucios, el grupo asociado al 15-M y a otros movimientos sociales que se presenta a apoyar a las familias que se van a quedar sin casas justo antes de que llegue el juez, que avisan por las redes sociales para que no estén solos, para que se sepa.
La historia es similar pero dirigida a los trabajadores en precario, a quienes no han visto un contrato. “La mayoría de la gente que conozco no sabe lo que es un convenio colectivo”, explica Rita. La lista es larga: becarios en puestos estructurales “por 200 euros”, falsos autónomos, temporales en fraude de ley… Juventud sin Futuro impulsa esta propuesta abierta a las asambleas de barrio del 15-M. Han puesto en marcha una web (www.oficinaprecaria.net), una cuenta de Twitter (@ofiprecaria) y un correo electrónico: oficinaprecaria@gmail.com. “Queremos escuchar vuestras propuestas, la herramienta está en marcha pero está viva”, añade la estudiante.
Llevan una semana de pruebas y ya han recibido algunas denuncias “que parecen del siglo XVIII”. Rita cuenta, sin dar muchos detalles, el caso de una persona que trabajaba en un bar pequeño. La primera semana “de pruebas” estuvo sin cobrar. La segunda, por 2,5 euros la hora a jornada completa. Se marchó entre amenazas e insultos tras pedir que le enseñaran su contrato. Ahora esperan que les dé permiso para ir a la puerta del bar a hacer una performance de denuncia o para lanzar el caso a las redes sociales. “No se trata de estropearle la vida a nadie. Si no quieren que vayamos, no lo hacemos”.
"Tenemos curros malos, necesitamos que el 1º de Mayo sea nuestro"
La nueva oficina, con sede en el centro okupado del Patio Maravillas (calle Pez), ofrece asesoría legal gratuita, herramientas para denunciar abusos y la opción de crear empleo en cooperativas. En la misma escalera, con el mismo micro, Abel Martínez cuenta “otra pata” del proyecto: la D de derechos. “Queremos el reconocimiento de la laboralidad de los becarios o reivindicar que se suba el salario mínimo”.
Ignacio Martín, abogado de 24 años, se encarga de la asesoría legal. “Intentamos llegar adonde los sindicatos mayoritarios no llegan”, resume. “A nosotros no nos preocupa el despido porque ni siquiera nos pueden echar”. También él trabajó en precario: dos euros la hora en un local de reparto de pizzas, de socorrista sin título en una piscina. “Todo nuestro entorno tiene curros malos, necesitamos un nuevo lenguaje para que el Primero de Mayo también sea nuestro”.
Su propuesta fue anunciada tras una comida popular y un debate sobre empleo titulado Desmontando la mentira de su reforma laboral. Después de un turno de palabra animado en el que se oyen consignas viejas (“la libertad no se pide, se conquista”) y otras más actualizadas: “Si os hacéis los suecos, nos hacemos los griegos”. Un joven “nacido en los ochenta” en paro reivindica su derecho a trabajar: “Me gustaría cuidar a mi madre en lugar de que ella me cuide a mí”. La última pata de la propuesta es la multiplicación: monta tu oficina, piden. “Queremos que la iniciativa florezca en otros lugares”, reclama Rita. En otros barrios, en otras ciudades, en otros locales. El tiempo dirá.
Ahora, la 'marea roja'
El listado de asuntos que solucionar es largo: no a la privatización del agua, defensa de la escuela y la sanidad públicas, freno a los recortes. Pero es Primero de Mayo, toca empleo. Hay camisetas de la marea verde (la protesta contra el recorte de profesores que empezó en Madrid) pero el tema central es la marea roja, el color para reivindicar la lucha contra el goteo de parados. En la asamblea celebrada en la plaza del Dos de Mayo se recogen firmas para respaldar una iniciativa legislativa popular (se necesitan 500.000 apoyos) contra la congelación de las pensiones en 2011 y contra el proyecto de Eurovegas, la propuesta de un macrocomplejo con casinos que el magnate Sheldon Adelson baraja llevar a Madrid o a Barcelona. Lázaro Sola, de los Veteranos del 15-M, ha firmado, lleva la camiseta de la marea verde y una bandera republicana. Arrastra un lamento tras su petición entusiasta de que todo el mundo se eche a la calle. Tiene 70 años, cuatro hijos y cinco nietos. Lleva trabajando desde los 12 años: “Tuve que echar una mano a mis padres, luego a mis hijos. A este ritmo, tendré que ayudar también a mis nietos”.
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