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Las consecuencias de la crisis

López acentúa su discurso económico de contrapeso a los ajustes de Rajoy

El Ejecutivo central acepta los planes vascos de reequilibrio y endeudamiento

El 'lehendakari', Patxi López, durante su intervención en el foro de Cinco Días.
El 'lehendakari', Patxi López, durante su intervención en el foro de Cinco Días.DAVID AGUILAR (EFE)

Ni recortes en la “universalidad y calidad” de la educación, ni “repago”, en su propia expresión, de las prestaciones sanitarias, ni empresas “a la intemperie” ante la crudeza de la crisis y del cierre del grifo financiero. El lehendakari, Patxi López, ejerce cada día de contrapunto al Gobierno del PP, frente al que resalta sus propias recetas y el que está acuñando como “modelo Euskadi”, que define en los ajustes y el recurso a la deuda si es preciso para mantener los servicios.

“Hay otra forma de gobernar y lo vamos a seguir haciendo”, dijo ayer en Vitoria ante un público compuesto principalmente por destacados empresarios y agentes del mundo económico y financiero en un foro organizado por Cinco Días y el Banco Santander bajo el lema El camino de la recuperación.

En conexión con el tímido giro que parece empezar a imprimir Europa, el lehendakari insistió: “Hay que cambiar de políticas”. Las recetas “de los tres últimos años”, incluidas, es de suponer, las que adoptó el Gobierno de Rodríguez Zapatero, han demostrado su inutilidad. López confía en que las que él está pudiendo aplicar en Euskadi, gracias a las atribuciones estatutarias y también a una deuda inexistente al inicio de la crisis, se perfilen como más fructíferas y menos dolorosas para los ciudadanos.

“Yo no seré el ‘lehendakari' que desmantele la sanidad”, enfatizó

López, el único socialista en ejercicio pleno del Gobierno en España —el andaluz José Antonio Griñán se halla en funciones y dedicado a cerrar su coalición con IU— se ha convertido en la voz que transmite, y puede ejemplificar con su práctica, las propuestas socialistas tras la salida de La Moncloa.

López pudo además presentar a Euskadi como la comunidad más solvente de España. Frente a quienes pronosticaban una quiebra para marzo —rememoró, sin nombrarle, la alarma desatada a principios de año por el presidente del PNV, Iñigo Urkullu—, Euskadi es hoy la única comunidad, cuyos dos planes fundamentales, el de reequilibrio de las cuentas y el de endeudamiento, han recibido el visto bueno del Ejecutivo central, desveló. “No solo no hemos quebrado, sino que estamos en esa situación de solvencia”, reivindicó. El lehendakari reiteró que su Gabinete no tiene “ni una sola factura en el cajón ni ninguna deuda encubierta”, acusaciones ambas que lanzó el PNV.

López cree que

Fuentes oficiales precisaron a EL PAÍS que ambos planes fueron firmados en Madrid el miércoles pasado.

El lehendakari sostuvo que la obsesión por la reducción drástica de la deuda supone entrar “en una espiral suicida” que no resuelve la crisis, sino que la agrava. Los recursos que se obtienen con ella resultan imprescindibles para reactivar “la economía real” y no hay por qué enjugarla de la manera acelerada que se plantea el PP. López llegó a ejemplificarlo con la hipoteca de su propia vivienda: “La hice a veinte años”, confesó. “Una década me parece razonable”, respondió después cuando se le interpeló por los plazos que vería practicables en el caso de las Administraciones.

Abogo por un pacto institucional y con las entidades financieras a las que los Gobiernos han tenido que apoyar con fondos públicos. “Ahora no pueden asfixiarnos”, sostuvo, al tiempo que se preguntó de dónde quieren, quienes reclaman más ayudas para terminar de reconvertir y sanear el sector, que las Administraciones obtengan los fondos que siguen pidiendo.

Los datos publicados ayer por el INE de la Encuesta de Población Activa, que sitúan en 5,6 millones el total de parados en España, le sirvieron como un argumento más para reforzar sus tesis: “Son radicalmente malos, sin paliativos”. A su juicio, apuntalan justamente su idea de que el camino adoptado es malo. “Si el objetivo es crecer y crear empleo, lo estamos haciendo rematadamente mal”, diagnosticó. No se frena la pérdida de empleo y el desmantelamiento del Estado de bienestar es el coste añadido. López se apartó de modo drástico: “Yo no seré el lehendakari que desmantele la sanidad pública”. “Nunca estaré de acuerdo con el copago, que es repago”, abundó, en un guiño terminológico muy intencionado: son la izquierda y los movimientos ciudadanos quienes lo propagan en las redes sociales.

Pese a tan evidente brecha de planteamientos, se mostró dispuesto a sumar y colaborar, pero no en términos de secundar “políticas francamente nocivas” y que se dan hechas “sí o sí”.

Respecto de la amenaza del Gobierno de Mariano Rajoy de intervenir comunidades, López se mostró convencido de que no lo hará. Le instó a “decidir con y no por” las comunidades y abominó de quienes, como la presidenta de Madrid, la popular Esperanza Aguirre, quieren devolver competencias. El problema no está en el sistema, sino en quienes han hecho una mala gestión de él, zanjó.

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