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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Euskadi, el reto es el desempleo

El principal problema que tiene la economía española es el paro. Esta afirmación puede parecer obvia con más de cinco millones de desempleados, pero es conveniente recordar esta evidencia en un momento, en el que los medios de comunicación y los fundamentalistas del mercado nos inundan con mensajes que apuntan machaconamente que los problemas de España y Europa son el déficit, la prima de riesgo o las dificultades para sostener el Estado de Bienestar.

Por ello, la prioridad del Gobierno central y de los Gobiernos de las comunidades autónomas debe ser la defensa del empleo. Y su cometido principal, la lucha contra el paro, una lacra social que condena a gran parte de la ciudadanía a realizar equilibrios dolorosos para llegar a fin de mes.

La presente crisis ha provocado un preocupante aumento de la tasa de paro, volviendo a situar a la economía española en unas cifras que no se veían desde la reconversión industrial. España vuelve de esta forma a demostrar que tiene un problema estructural con el desempleo. Un problema silenciado por una burbuja inmobiliaria que conllevó la creación de puestos de trabajo de poco valor añadido. Un empleo de cartón piedra que se esfumó rápidamente tras el fin de un crecimiento basado en el ladrillo, la caída de Lehman Brothers y el pánico financiero global que dio el pistoletazo de salida a la crisis.

El vertiginoso aumento del paro ha atacado con especial virulencia a dos colectivos claves para el desarrollo económico y social. Por una parte se ha ensañado con los jóvenes y ha empujado a gran parte de la generación mejor formada de nuestra historia a buscar oportunidades laborales más allá de nuestras fronteras. Por otra, ha golpeado con dureza a los mayores de 45 años, un grupo de personas trabajadoras que acumulan una experiencia valiosa para nuestro tejido productivo. En pocas palabras, el paro ha mermado el talento —tanto joven como senior—- de nuestra sociedad. Un talento que todos los analistas consideran de vital importancia para generar altas tasas de emprendimiento e innovación, las dos palancas que tenemos que poner a trabajar si queremos mantener nuestra calidad de vida.

Sin embargo, a pesar de este desconcierto general, las graves noticias económicas y la delicada situación de la economía española, en Euskadi se ha puesto en marcha un modelo que está funcionando. El actual Gobierno del lehendakari Patxi López no sólo está aplicando la austeridad como única receta, sino que está apostando por otras medidas para resistir la crisis, luchar contra el paro y defender los servicios sociales.

Hace dos semanas acudí a una reunión del Consejo Asesor del lehendakari para asuntos socioeconómicos en la que tratamos el tema del desempleo. Durante la sesión se plantearon una serie de datos que en algún caso sorprendieron gratamente y que, en general, nos llevaban a concluir que la sociedad vasca está haciendo razonablemente bien los deberes en materia laboral.

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No solo la tasa de paro de Euskadi es aproximadamente la mitad que la de España (12,6% frente al 22,8% según los últimos datos del INE) y ligeramente superior a la de Francia, sino que también la tasa de actividad vasca (69,8 personas en edad de trabajar lo hacen) es también superior a la europea (68,7).

Además, esta es la primera vez que en mitad de una gran crisis la economía vasca presenta una tasa de paro inferior a la media española. Porque cabe recordar que el paro en Euskadi se situó entre el 20% y el 25% durante gran parte de los años ochenta y principios de los noventa.

En los últimos tres años críticos se ha conseguido en Euskadi llevar a cabo algo que parecía imposible; un cierto estímulo de la economía, importante control del déficit, defender los servicios públicos y mantener la tasa de paro en la media europea. ¿Cómo ha sido esto posible?

La menor exposición al ladrillo, el mayor nivel formativo de su población o la apuesta por el I+D+i, que se ha mantenido pese a las restricciones presupuestarias, son algunos de los factores estructurales que pueden explicar la mejor posición de Euskadi respecto al conjunto de España. Pero existen otras iniciativas puestas en marcha por el actual Gobierno de Patxi López y que se deben resaltar, dado que conforman lo que se ha empezado a denominar como el Modelo Euskadi.

Por una parte está la puesta en marcha de Lanbide, el Servicio Público Vasco de Empleo. Nuestra comunidad autónoma fue una de las últimas en recibir la transferencia de empleo, pero ha sabido implementar en un tiempo récord un Servicio de Empleo en clave de diálogo social y colaboración institucional, en contacto directo y estrecho con el tejido empresarial vasco. Además, en la constitución de Lanbide se han primado especialmente las políticas activas de empleo, ligando estrechamente las ayudas sociales con la activación laboral de las personas perceptoras de las mismas. Esto hace, que al margen de algunas críticas políticas o sindicales que, si bien son legítimas, en demasiadas ocasiones responden mas a intereses particulares, Lanbide sea a día de hoy uno de los Servicios Públicos de Empleo más eficiente y con mayor recorrido del conjunto de España.

Por otra parte se encuentra el Plan de Lucha Contra el Paro presentado por el lehendakari junto con la patronal y los sindicatos el pasado mes de febrero, tras conocerse el empeoramiento de las previsiones económicas en el ámbito internacional. Este Plan, elaborado por el Gobierno vasco en colaboración con los agentes sociales, va a movilizar durante los próximos meses 321 millones de euros para luchar contra el desempleo. Las medidas que abarca esta iniciativa van desde de la recuperación de jóvenes parados de baja cualificación provenientes de la construcción para redirigirlos a sectores emergentes de empleo verde, hasta el desarrollo de planes de empleo específicos para las comarcas que presenten un mayor índice de paro. Un paquete de 321 millones de euros, con medidas novedosas y que ya se ha puesto en marcha con el acuerdo de Gobierno, patronal y sindicatos… ¿No podría ser esta una senda más adecuada para caminar también el resto de CC AA y el Gobierno de España y así enfrentarnos de forma conjunta a la crisis?

La lucha contra el desempleo que se está librando en el País Vasco tiene un tercer un pilar: la apuesta por la internacionalización que ha desplegado el Gobierno vasco. Desde hace tres años, el lehendakari, acompañado del tejido empresarial vasco, ha liderado misiones comerciales a Brasil, Estados Unidos, China, Emiratos Árabes, Qatar y la India, mercados emergentes y estratégicos para nuestra economía.

Este esfuerzo por la internacionalización parece que ya ha empezado a dar sus frutos, ya que durante 2011 la economía vasca ha batido su record histórico de exportaciones (21.000 millones de euros, un 17,9% más que en 2010). Los buenos datos de los mercados exteriores han permitido a Euskadi sobrellevar la caída del mercado interior y demostrar la competitividad de sus empresas.

En definitiva, un Servicio Público de Empleo innovador y eficiente, un Plan de Lucha contra el Paro acordado y movilizador y una apuesta sin fisuras por la internacionalización. Estos son los ingredientes que, más allá de recortes y ajustes dolorosos, está llevando a cabo el Gobierno vasco. Unas medidas que demuestran que hay otra forma de combatir la crisis y que hacen que Euskadi lidere la lucha contra el paro en el conjunto de España.

No quisiera resultar excesivamente optimista, pero creo que podemos afirmar que el Modelo Euskadi funciona. Ahora haría falta que otras Comunidades Autónomas se animen y apuesten también por la senda abierta por el lehendakari. Solo así podremos combatir de forma efectiva al paro que asola nuestra sociedad y que despoja a nuestro talento joven y senior de sus oportunidades vitales.

Arantza Mendizabal es catedrática de economía aplicada en la UPV-EHU.

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