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El delegado de la Xunta en Ourense, en el banquillo

Martínez tendrá que someterse a un jurado popular

El superdelegado de la Xunta en Ourense tendrá que sentarse en el banquillo para responder por los supuestos delitos de malversación de fondos públicos y falsedad documental cometidos cuando estaba al frente de la asociación para el desarrollo local Ceivam, durante los años en que fue alcalde de Arnoia.

Será un jurado popular el que decidirá si Rogelio Martínez malversó fondos de la Unión Europa en la construcción de una planta de biomasa en ese municipio que —según han declarado varios testigos y consta en un informe pericial independiente encargado por el juzgado de instrucción de Ribadavia— estaba construida antes de que la justificara como obra nueva y cobrara por ella de los fondos comunitarios del Feder.La difícil situación a la que se enfrenta el representante de Feijóo en Ourense se produce después de que el juez instructor archivara —alegando su prescripción— la denuncia de BNG y PSOE, lo que motivó que ambos partidos recurrieran ante la Audiencia Provincial.

El representante de Feijóo en Ourense se enfrenta al peor de los escenarios posibles. El juez instructor estaba dispuesto a archivar su caso atendiendo a la petición de la defensa y del Ministerio Fiscal, que alegaron que los delitos habían prescrito. Pero la Audiencia Provincial considera que debe ser juzgado y acaba de devolver los autos al juzgado ribadaviense. El juez instructor ha decidido —en cumplimiento de la Ley y a la vista de que “existen indicios de posible malversación de fondos públicos”— que sea un jurado popular, el que tiene competencia para enjuiciar delitos cometidos por los funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos, el que decida sobre la culpabilidad o inocencia del delegado de la Xunta.

Martínez mantiene aún su condición de imputado, pero en cuanto se celebre la vistilla para fijar los delitos de los que se le acusa y el juez instructor lo remita a la Audiencia, pasará a estar acusado. El BNG ya anunció que si el superdelegado no dimite en ese momento, como hizo Camps en Valencia, pedirá su cese inmediato a Feijóo.

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