Malestar en el PP por la falta de apoyo del Gobierno al corredor mediterráneo
Oposición y empresarios exigen a Rajoy que aclare su posición sobre las redes ferroviarias Los partidos acusan al Ejecutivo español de “discriminar a los valencianos”
Los populares valencianos tuvieron ayer que apretar los dientes para intentar justificar la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de votar en contra de la red europea de transporte que incluye el corredor ferroviario mediterráneo.
El voto negativo de la ministra de Fomento, Ana Pastor, a la propuesta de red europea que prevé el corredor mediterráneo, por no incluir el eje central —que reclaman Castilla-La Mancha, Madrid y Aragón— dejó a los populares valencianos a los pies de los caballos. El malestar era evidente ayer en las filas del PP. Sin embargo, la debilidad del partido —desangrado por los escándalos de corrupción— y de los principales cargos institucionales —que dependen del Gobierno para poder salir del marasmo financiero en el que se hallan— evitó las declaraciones públicas reivindicativas o críticas con el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, escurrió el bulto como pudo en un almuerzo que mantuvo con militantes del PP en la comarca del Camp de Morvedre. Allí, se congratuló de que Europa [no el Gobierno español] hubiese dado “un nuevo espaldarazo al corredor mediterráneo” y proclamó que “ayudará al Gobierno para que esta infraestructura básica sea, de forma inmediata, una infraestructura productiva para nuestra sociedad”.
El portavoz del Consell y vicepresidente, José Ciscar, no lo tuvo tan fácil. Ciscar intentó justificar el voto negativo de la ministra de Fomento “porque se sabía que el corredor mediterráneo estaba salvaguardado”, ya que la propuesta iba a contar con el voto de los otros 26 Gobiernos europeos. “La ministra tenía que defender los intereses generales de España pero en sus declaraciones ha distinguido claramente entre lo prioritario y lo importante y ha garantizado 7.000 millones de euros en exclusiva para el corredor mediterráneo”, indicó Ciscar. Pasa a la página 3
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, evitó censurar abiertamente a la ministra de Fomento y se limitó a recordar su apoyo a este eje: “La ministra de Fomento sabe perfectamente la posición nuestra en defensa clarísima de la prioridad del corredor mediterráneo”. La regidora se detuvo en ese punto. “No voy a decir más”, comentó.
Y si los populares disimulaban con dificultad su malestar por lo sucedido el jueves en Bruselas, el desconcierto y la incredulidad se extendieron a los partidos de la oposición y al mundo empresarial. “La sensación es que se está ejerciendo una presión política inadmisible. La política se está imponiendo a la razón económica”, señalaron diferentes fuentes empresariales, que piden al presidente Mariano Rajoy que aclare sus prioridades en materia ferroviaria.
Los empresarios estaban perplejos con que España, representada por la ministra Ana Pastor, fuera el único país que votó contra la lista de proyectos prioritarios que incluye el corredor mediterráneo. Sobre todo, después de la entrevista que mantuvieron con Pastor en Madrid la consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, y los dirigentes de la Fundación Pro AVE. Allí oyeron de boca de la ministra que el eje entre Portbou y Algeciras era prioritario para el Ejecutivo español. Ayer no entendían nada.
En el ámbito político, la exsecretaria general de Infraestructuras del anterior Gobierno socialista, Inmaculada Rodríguez- Piñero, se alzó como una de las voces más cualificadas para terciar en la polémica. “Después de su intervención en Bruselas, la ministra ha perdido credibilidad frente a la Comisión Europea”, sentenció. El intento de Pastor, añadió, de no aceptar la metodología que exige Bruselas “no hace más que desgastar la posición española”.
Rodríguez-Piñero, pieza capital del ministerio que dirigía José Blanco, conoce lo que costó que Bruselas incluyese el corredor mediterráneo en su red de transporte prioritaria en octubre de 2011. “Costó mucho convencerlos. Además, la Travesía Central Pirenaica que defiende Pastor está sujeta a un acuerdo con Francia, y este país no está de acuerdo”, precisó Rodríguez-Piñero.
La decisión de Pastor “discrimina a los valencianos” y muestra “la debilidad del presidente Alberto Fabra frente a sus homólogas Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal y Luisa Fernanda Rudi”, dijo en alusión a las grandes valedoras del corredor central.
No fue la única. Los socialistas salieron en tromba en defensa del eje ferroviario. En esos términos se pronunciaron tanto el secretario general, Jorge Alarte, y el que será su mayor contrincante en el congreso del partido, Joaquim Puig.
Compromís llevará la posición de Pastor a las Cortes Valencianas. Ayer, su portavoz parlamentario, Enric Morera, registró una proposición no de ley en el Parlamento autonómico para reprobar a la ministra del Gobierno del PP. “Por burlarse de los valencianos al ser la única que votó en contra de la nueva lista de proyectos prioritarios”, que para España contempla el Corredor Ferroviario Atlántico y el Mediterráneo, pero no el Central.
Morera, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado del portavoz municipal, Joan Ribó, y del diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, añadió que el voto de Pastor es “tan grave” para el pueblo valenciano y para “la salida a la crisis” que “la única vía que nos queda es sacarle la tarjeta roja con una reprobación”.
Desde EUPV, su síndica, Marga Sanz, habló en parecido sentido: “El Gobierno de Mariano Rajoy ha dado la espalda al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, relegando los intereses de los valencianos”.
Sanz defendió el corredor mediterráneo como la apuesta más sensata “con doble vía moderna”. “El tercer carril en estos momentos no es necesario”, opinó rotunda.
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