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Serena orfebrería

Los amantes de la Literatura española tienen ocasión de recrear gozosamente su amantazgo en un libro editado por el alcalaíno Centro de Estudios Cervantinos que reúne los mejores textos de un escritor de escritores madrileños: José Montero Padilla. El libro lleva por melancólico título Adiós literatura, adiós y compendia los trabajos que desde 1953 hasta ayer mismo este Catedrático de Literatura, que figura entre los principales cervantistas contemporáneos, ha desplegado para glosar autores inmortales y rescatar también a otros, muchos afincados en Madrid, cuyas ricas obras, heridas por la ignorancia o la frivolidad, quedaron dormidas en un silencio que la pluma de Montero delicadamente deshace e invita a un merecido despertar:

Julio Nombela, Emilio Carrere, Rafael Cansinos-Asens, Gregorio Martínez-Sierra, Jaime Delgado, Rafael Matesanz, Emiliano Ramírez Ángel y tantos otros, regresan de su mano a la luz y alumbran vigorosamente el recuerdo de un Madrid que se convierte en hilo conductor de sus relatos.

Madrileñista él mismo bien que siempre lejos de exclusiones y banderías provincianas, Montero Padilla, también historiador del Teatro, pertenece a una saga de escritores que comienza con su abuelo Montero Iglesias, periodista y amigo de Galdós; prosigue con su padre, Montero Alonso, autor con apenas 24 años de la mejor antología de Poesía española anterior a la Guerra Civil; y se perpetúa hoy con su hijo, catedrático en A Coruña y ya renombrado cervantista también.

Caracteriza su prosa la serenidad con la que acaricia sus palabras, de un tempo que pareciera retardar adrede su fluir para captar el límpido aroma de la vida madrileña, como hiciera su admirado Azorín, a quien dedica enjundiosa semblanza. No podían faltar en la obra de Montero la evocación de Pérez Galdós; ni la de Miguel de Unamuno, del que descubre un estremecedor soneto a un perro moribundo, de ojos que le miran “con la tristeza de faltarle el habla”; ni tampoco la glosa del imponente Ramón Gómez de la Serna, el madrileño enamorado del alma de las cosas, quien definiera como “sociedades de calores mutuos” los cafés de la Puerta del Sol.

La histórica plaza, en este jugoso libro de orfebrería literaria, encarna la centralidad, liberalidad y universalidad del buen ánimo madrileño y forastero, que Montero Padilla ensalza con la maestría de quien ha consagrado su vida a esgrimir ese “frágil pero perdurable instrumento que es la palabra”.

Adiós Literatura, adiós. Por José Montero Padilla. Centro de Estudios Cervantinos. Alcalá de Henares. 545 páginas. 18 euros.

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