El otro camino espiritual
La Compañía de Jesús presenta una peregrinación desde Loiola a Manresa en recuerdo del recorrido que su fundador hizo en 1522
Entre un puñado de jesuitas se ha alumbrado el Camino Ignaciano, el recorrido que el fundador de la compañía atravesó en 1522 entre Loiola y Manresa. 650 kilómetros, divididos en 27 etapas, con varias fuentes de inspiración, además de la experiencia vivida por el religioso, la organización y paralelismo con el Camino de Santiago. “Chris Lowney \[promotor del proyecto\], durante una peregrinación a Santiago, pensó, ostras, pero si peregrinación es Ignacio, por qué no hay un Camino Ignaciano”, resume el jesuita Josep Lluís Iriberri.
La iniciativa fue presentada ayer en el campus de la Universidad de Deusto de San Sebastián por el propio Iriberri, Lowney, y el superior de la Provincia de Loiola, Juan José Etxebarria.
“Hay algo que nos estamos perdiendo y no ofreciendo, una propuesta de turismo religioso”, pensó Iriberri, cuando el año pasado decidió sumarse al proyecto y darle el empujón definitivo. Ignacio de Loyola partió en 1522 de su casa con el objetivo de llegar a Jerusalén, una meta que alcanzaría un año más tarde, tras pasar 10 meses en Manresa. Allí, recuerdan los responsables del Camino, el religioso creó sus Ejercicios Espirituales.
Los 650 kilómetros que suma el periplo se dividirán en 27 etapas
“No tenemos que crear un parque temático como Disneyland. El Camino, su significado histórico, religioso y cultural, su patrimonio natural y paisajístico, están ahí”, explicó ayer Lowney, exmiembro de la Compañía y experto en liderazgo empresarial.
En la misma línea, insiste Iriberri, al recordar que el recorrido (el Camino atraviesa cinco comunidades autónomas: Euskadi, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña), responde exclusivamente a los datos biográficos de Ignacio de Loyola, “estamos enraizados en la historia real de una persona, alguien que ha hecho esto, porque a veces hay peregrinaciones a lugares dudosos”, añade el jesuita.
“No tenemos que crear un parque temático”, asegura el impulsor de la iniciativa
La web del proyecto reúne toda la información relativa a la iniciativa, su origen, una pequeña biografía del fundador de la Compañía de Jesús, las etapas, alojamiento y una propuesta de “meditación personal” para cada jornada del recorrido. “Además del ejercicio físico, queremos que sea una experiencia espiritual. Ofrecemos unos puntos siguiendo los ejercicios espirituales de Ignacio, cada peregrino los puede adaptar como le parezca bien, pero que no se quede en una pura excursión”, remarca Iriberri.
Y como no todo va a ser meditación, el también representante de la provincia jesuítica Tarraconense, invita a disfrutar del paisaje en Euskadi, en La Rioja, de “un buen vino”, dejar la parte de los Monegros, en Aragón, para la reflexión interior y al llegar a Cataluña descubrir el santuario de San Pedro Claver. “Aquí estamos construyendo un refugio para peregrinos, queremos que descubran al que fue el patrón de los esclavos negros de África”, concluye Iriberri.
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