El Gobierno anuncia la paralización indefinida del parador de Morella

José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, anunció este martes la paralización de la construcción del parador de Morella y del resto de nuevos establecimientos que estaban previstos para los próximos dos años: Corias (Asturias), Ibiza, Muxía (A Coruña) y Veruela (Zaragoza). Soria adujo problemas presupuestarios y señaló que el déficit de tesorería de la sociedad pública Paradores del Estado alcanza los 100 millones de euros. El ministro no fijó ningún horizonte para retomar los trabajos.

La noticia sentó muy mal en la capital de la comarca de Els Ports, que llevaba mucho tiempo sorteando obstáculos para sacar adelante un proyecto en el que confiaba para crear empleo, recuperar patrimonio y potenciar la atracción de turistas. El alcalde de Morella, el socialista Joaquim Puig, manifestó su “indignación” por la medida y por haberse enterado de ella a través de los medios de comunicación. Puig dijo entender que el Gobierno trate de buscar vías para reducir los gastos, pero consideró “incomprensible” decretar la interrupción de un parador en el que ya se han invertido cinco millones de euros y que en sí misma costará varios cientos de miles de euros más.

El alcalde calculó que la ruptura del contrato con la empresa adjudicataria le costará al Estado en torno al 6,5% del presupuesto de 12 millones de euros, lo que implicaría una indemnización de 780.000 euros.

La finalización del parador, ubicado sobre el antiguo convento de Sant Francesc —que data del siglo XII— así como sobre el cuartel de San Francisco y el convento de Agustinas, estaba prevista para finales del año que viene. Iba a tener 64 habitaciones, aparcamiento subterráneo para 74 plazas, salón de convenciones, zona de spa y piscina climatizada.

La idea del parador de Morella tiene más de 40 años. Después de varios amagos, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto en el verano de 2009. El ritmo de las obras se vio afectado, sin embargo, por las dificultades técnicas —que incluían un túnel de acceso ya terminado— y por la pugna entre Administraciones de distinto signo: Ministerio de Industria y Turismo, entonces gobernado por los socialistas, y la Generalitat, por el PP. Fuentes de Turespaña llegaron a señalar que nunca habían encontrado “tanta hostilidad” como en Morella por parte de una Administración autonómica.